TU verdadero “YO SOY”
Dialogando con personas de diferentes culturas y creencias religiosas he encontrado algo en común, las diferencias que establecemos entre unas y otras, lo cual es naturalmente especial en el ser humano. Tenemos diferentes gustos, costumbres y convicciones, lo cual nos hace aún más especiales como humanidad. De estos temas podríamos dialogar con mucho interés por horas y horas. Las diferencias en el arte, la música, los deportes, la historia, la gastronomía, el clima, las creencias. En fin todo aquello de lo que nos sentimos orgullosos y destacamos de nuestros países, entre esas conversaciones se escucha innumerable veces el “yo soy…”, seguido de su nacionalidad, credo, profesión u ocupación, descendencia, etc, en toda introducción de cada persona escuchas ese “yo soy …” y de ahí se deriva una plática cargada de palabras, imágenes, pensamientos y asunciones que hacemos al ir conociendo más y más sobre esa persona. Lo cual queda grabado en nuestro consciente, grabamos una imagen y hacemos una asunción sobre aquella persona. De acuerdo a nuestras creencias filtramos lo que escuchamos y observamos para crear en nuestra mente una idea la cual será reproducida cada vez que vuelvas a escuchar o a recordar su nombre. Debes observar cómo también esos “yo soys” desaparecen en cuanto la persona es privada de esas “etiquetas”. Ese yo soy … cambia dependiendo de lo que la persona posee en términos de materialismo, ocupación y estatus. Y también está anclado a asunciones que inconscientemente hacemos sobre nosotros mismos y los demás.
Pero, ¿quiénes somos realmente? Más allá del velo que cubre nuestros rostros, de nuestras vestimentas y de lo que nos han hecho creer que somos, ¿qué esencia llevamos dentro que nos identifica con el creador?
Al no haber sido educados e informados correctamente sobre el poder de los decretos y asunciones de ese “yo soy”, llegamos a considerar verdades que no son de nuestra conveniencia. Vamos por la vida decretando mediante conversaciones con otras personas todo tipo de malestares. Asumimos y sentimos como nuestros el peligro, la enfermedad, los accidentes, los robos, la carencia, la pobreza, la dificultad, las traiciones, los sacrificios, las penas, lo difícil que está la vida, lo bueno y lo malo, etc. “Compramos” fácilmente toda proposición que viene de lo exterior, lo asimilamos y lo grabamos en nuestro subconsciente sin el mínimo de los cuestionamientos, sin hacer conciencia si eso nos conviene o no. Luego cuando todo ese malestar llega a reproducirse en una experiencia de vida llegamos a creer que es la voluntad o castigo de Dios, un Dios que está quien sabe donde pero no dentro de cada uno de nosotros, pues eso es lo que las autoridades religiosas nos han enseñado, acudir a lugares sagrados o admirar ciertos personajes para estar cerca de Dios, ellos creen que ese Dios se comunica con algunos pocos de una forma especial, cómo podrías estar más cerca de tu verdadera esencia cuando eso es lo que conscientemente puedes llegar a experimentar? No necesitas buscar fuera de ti a tu creador pues él habita en ti, en donde quieras que vayas es tu lugar sagrado pues eres parte de su esencia, eres espíritu con las cualidades y distinciones de Dios. Me asombra observar cómo después de los servicios religiosos de un Domingo, la mayoría de personas vuelven a ser, a asumir y a decretar todo tipo de cosas desagradables de las cuales precisamente buscan alejarse sin darse cuenta que están invocando con sus palabras más malestar, -”Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron cuando oyeron tus palabras?” Mateo 15:10-12.
En mi experiencia religiosa puedo decirte que esas enseñanzas o interpretaciones de un credo sobre el evangelio sirven de muy poco o de nada. En los púlpitos de las iglesias se predica sobre un Dios diferente al que predicaba Jesucristo. Por eso puedes ver cómo las personas regresan inmediatamente a vivir sus malestares tal y como antes de entrar en una iglesia. Mientras nos falte el concepto bien explicado de que Dios habita en cada uno de nosotros y estamos llamados a experimentarle mediante el amor, y, que tenemos el poder de crear o destruir mediante nuestros pensamientos, estaremos actuando de forma inconsciente y aceptando la manipulación y el control de aquellos a los que consideramos guías, pero en realidad actúan muchos de ellos sin saberlo en contra del mensaje divino. Que gran razón tenía Jesucristo cuando afirmó, -”En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que estas hará, porque yo voy al Padre”. Juan 14:12. Más esto es difícil de explicar por alguien que no entiende la simbología y conceptos del mensaje en los evangelios. Si seguimos dejando nuestras experiencias en manos ajenas, en un poder fuera de nosotros mismos entonces seguiremos por la vida sin un rumbo fijo, cosechando frutos desconocidos ante nuestros deseos. Habrá discordia entre lo que queremos y lo que recibiremos.
Muchos de estos líderes religiosos tienen la idea de un reino de los cielos fuera de quien realmente somos, algo que está muy lejos o en un lugar distante. Carecen del concepto de pecado, castigo y voluntad de Dios, sin embargo sus interpretaciones erróneas han sido la guía y única verdad de miles de millones de personas a través del tiempo. Causando más confusión y malestar, pues, -”Les dijo también una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en un hoyo?” Lucas 6:39. Ten cuidado con lo que estás creyendo pues puedes estar creando una imagen errónea sobre Dios y su reino, -”Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Les cierran a los demás el reino de los cielos, y ni entran ustedes ni dejan entrar a los que intentan hacerlo.” Mateo 23:13. Poder entender el mensaje de las escrituras de forma correcta te lleva a armonizar tu interior, a hacer una limpieza interna sobre las creencias y sobre el poder que conscientemente puedes llevar a la práctica para tu propio bien y el bien de los que te rodean. Armonizar tu interior comienza por decretar lo que deseas y sentirlo en tiempo presente como un hecho cumplido como un pedido entregado, -”Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Mateo 21:22.
Retomando el concepto de lo que asumimos ser, existe aún algo más profundo que muy pocos se atreven a compartir con los demás y hasta consigo mismos, su verdadera identidad. ¿Quién eres realmente? No te hablo de esos límites o distinciones que hacemos entre unos y otros, ni me refiero al estatus social o credo religioso, nada de eso. Me estoy refiriendo a la idea que conscientemente tienes de ti mismo en base a la esencia de lo que realmente eres. Si esa idea te hace sentir incómodo o con malestar y ha estado condicionada durante mucho tiempo por cosas que sucedieron en un pasado, déjame decirte que siempre se puede superar y cambiar. Ejemplo, podría ser que una vez no pudiste realizar algo, no porque no pudieras, quizás muchos factores contribuyeron a que no se dieran las cosas como deseabas, pero tu idea o concepto fue de “no poder”, y lo creíste así. Puede que alguien te haya llamado tímido o inseguro, lo creíste así, y ante algunas situaciones resalta dentro de ti el: “yo soy inseguro, no puedo”. Es una creencia limitante pues todo lo basado en nuestros cinco sentidos que nos detiene de alcanzar nuestros sueños es limitante. Lo que ignoramos es que el decirnos “yo soy inseguro” es un decreto muy poderoso que hará lo justo para comprobarte que en verdad eres inseguro, aunque la inseguridad aún no está en su totalidad definida por aquellos que la diagnostican. Tus cinco sentidos están limitados a tu ser interno, él es quien no tiene límite alguno, puede que tu concepto sobre ti mismo sea limitado, pero tu ser interno NO lo es. Más aún obedece a lo que tu quieras autodenominarte: “yo soy inseguro, incapaz, mal estudiante, infiel, pobre, lento, débil, nervioso, etc., sin cuestionamiento alguno! Y de ahí que todo lo que te propongas lo pones ante la peligrosa condición de tu concepto sobre ti mismo. Predestinados están muchos de nuestros proyectos cuando cargamos ideas limitantes sobre: “quien soy”, debido a eso recogemos frutos indeseados independiente del esfuerzo que se haga, pues tu ser interno el cual vibra y atrae vibraciones semejantes se encarga de atraer y situarte en lo que crees sobre ti mismo. De igual manera cuando ese “yo soy” es poderoso dentro de ti, te sitúa siempre como por arte de magia ante las posibilidades necesarias para conseguir lo deseado. Podemos observar cómo las personas son verdaderos imanes para atraer tanto sin hacer mucho, mientras otros tratan mucho para alcanzar poco, y otros muchos no lo intentan pues su idea interna de sí mismos es demasiado limitada.
Amigo lector, todo esto tiene su origen dentro de nosotros mismos pero nos cuesta mucho entenderlo y aceptarlo. Ha sido la enseñanza más antigua, este conocimiento existe antes que existiese cualquier credo religioso, y aún así nos cuesta abrir esa dimensión oculta en cada uno de nosotros. Se nos ha mandado un mesías divino que nos diera un ejemplo aún más claro y con hechos poderosos en evidencia y entendimiento. Tu y yo somos esa evidencia, nuestras experiencias son clara evidencia, pero puede que aún no alcancemos ese entendimiento necesario para interpretar y vivir el poder de nuestro “yo soy”.
Mis clases están fundamentadas en la interpretación de las sagradas escrituras, he dedicado mucho tiempo a enseñar dentro de una religión y esa experiencia me ha servido para hacerme preguntas muy importantes las cuales no podían ser respondidas claramente desde un credo religioso. Mi curiosidad me llevó a ir más allá, busqué y busqué y fui encontrando respuestas y razonamientos de parte de grandes maestros, que al igual que mi persona en un momento de sus vidas decidieron ir más allá de un credo para poder acercarnos a la esencia de lo que verdaderamente somos.
En esta experiencia de vida debemos cumplir una misión, eso no quiere decir que todos lo hagamos, -”muchos son los llamados y pocos los escogidos” Mateo 22:14. Todos somos llamados, pero no todos nos dejamos escoger. Ya has sido llamado, podrías renunciar a todo lo que te molesta y perturba y “renacer” en lo que desearías ser o tener sin dejar que tu experiencia actual te distraiga? -”Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” Juan 3:3. Quien en verdad te transmite esas palabras: Jesucristo. Y, ¿quién es el? -”Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6. Ese poder se manifiesta de una forma clara y poderosa. Está siempre presente en ti, más debes hacer conciencia que ese poder tiene dos polos, el amor y el temor.
El amor verdadero es guiado por la fe.
La fe es la certeza de que sucederá solo lo bueno para la evolución armoniosa de la creación de Dios. Esta pareja de amor y fe no entiende de razones pues va más allá de las apariencias, lógicas y experiencias. Es incondicional y transparente. No teme, pues es la esencia de la creación, es el núcleo de lo visible y invisible. No sabe de dudas ni de imposibles, está en cada átomo del universo. Armoniza toda la creación, desde nuestro cuerpo hasta el cosmos. La fe que lo guía es más de lo que hasta ahora entendemos por fe, esta fe es la intención e información presente en la energía que organiza cada paso de todo lo que existe, de lo invisible hasta lo visible. El ejemplo más fácil de exponer es el de la semilla. Cuando plantas una semilla en la humedad oscura de la tierra, esta germina para crecer y dar fruto. No sabe de dudas ni de miedos, solo expresa a plenitud su esencia de ser lo que es. Nuestra esencia es aún más poderosa pues se nos ha dado el poder de imaginar (crear pensamientos y sentimientos) y hablar. Pero aún así muchos no logran expresar lo que desearían ser o tener, peor aún, experimentan todo lo contrario a una vida plena y abundante. ¿En dónde está ese fallo?. La explicación que se nos quiso dar con la venida de Jesucristo para salvarnos del pecado pareciera ser sólo entendida por muy pocos. Se ha usado ese mensaje para manipular y controlar a millones de personas que han llegado a creer lo que establece un credo religioso sea cual sea y sin cuestionar si eso es beneficioso o no, mencionado anteriormente en el primer párrafo. Si perteneces a alguno de ellos quiero que sepas que no estoy criticando ni diciendo que es malo o bueno, simplemente cada uno expresa su idea de lo que es y eso es también parte de la creación, solo deseo que puedas ser consciente de cuáles creencias convienen y cuáles no, que puedas recibir la información de la forma más clara posible para evolucionar en armonía en pos de nuestra misión en esta vida. Siempre aprendemos algo de los demás y ellos de nosotros si estamos atentos y observamos. Más es claro que el concepto de fe está muy confundido por parte de las religiones, pues aunque muchas personas reciben milagros en sus oraciones, no saben exactamente el origen o la causa de ese milagro y por ende lo atribuyen a un poder ajeno de ellos. El mensaje de Jesucristo que es para salvarnos del pecado*, está dirigido a ese poder que dentro de nosotros puede ser dirigido de forma consciente para manifestar mucho de eso que llamamos milagros, solo necesitas creer que así es y así será. -” Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” Juan 11:25. ¿Cómo podemos llevar a la práctica ese mensaje? Es la explicación simbólica que nos lleva a transformar un malestar desde el estado inerte a lo que desearíamos en su lugar alcanzar. No debes morir físicamente para vivir en el cielo, lo que sí debes hacer es renunciar por completo o sea “morir” a tu estado actual y desprender tu atención de él hasta alcanzar el gozo y el sentimiento de lo que desearías experimentar. Para eso debes entrar en meditación y orar -situarte- en lo deseado como un pedido que ya se te ha entregado. Dependiendo de tu fuerza de convicción será también el lapso de tiempo y el cómo llegará tu deseo a manifestarse. El cómo y el cuándo son asuntos de Dios y no tuyos. Puede que necesites en esta practica una oración, imagen o objeto religioso pero creeme es tu fe de poder lograrlo quien al final manifiesta tu deseo. Jesucristo quien pudo vencer a la muerte y resucitar a un estado más alto, a una dimensión contraria al malestar, nos da el poder para nosotros hacerlo también, pero debes creer más en el que en tu realidad, que en tus cinco sentidos y es ahí donde fallamos la mayoría. Pues renunciar a eso que llamamos realidad como única realidad es casi imposible para muchos. Ignoramos que todo tiene una causa y efecto, creemos que el efecto no tiene origen ni raíz y por ende nos es difícil creer que seamos nosotros mismos quienes originamos tantas cosas desagradables que nos llegan a pasar. Por eso en Juan 3:3, Jesucristo nos llama a morir y nacer de nuevo, a dejar atrás ese concepto erróneo y renacer en la verdad. Pues como él bien lo dice la verdad nos hará libres. ¿Cuál es esa verdad? Pues tu realidad interna desde donde puedes mediante la imaginación -pensamientos y sentimientos- crear todo cuanto desees y como ahora ya sabes que lo haces siguiendo el amor de Dios por sus hijos -Jesucristo- debes cumplir en todo lo que desees una única condición: la regla de oro -”no sientas que le hacen a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti, y, no sientas que te hacen a ti lo que tu nunca le harías a otros” Si cumples con ese requisito solo debes ser consciente que lo que deseas para ti es también deseado para otros. El sentimiento o es positivo o es negativo, cuando proviene de la fe es positivo, te hace sentir bien pues te sitúa en lo que deseas, te hace asumir en su uso correcto el deseo como un hecho existente en tu vida, podrías imaginar cómo te sentirías en este momento si uno de tus mayores deseos ya se hubiesen cumplido? Medita por un momento, cierra los ojos y alcanza ese sentimiento, puedes recordar cuando recibiste algo de alguien lo cual esperabas con mucho anhelo, ¿cómo te sentiste? Ahora lleva ese sentimiento a algo que aún no has recibido, cómo te sientes? Imagina y espera. Que bien se siente, verdad? Es por eso que el sentimiento es la mayor suplica que podemos hacerle a Dios. Cuando experimentas esa forma de orar y alcanzas el sentimiento que sentirías si ya fueses o tuvieses lo deseado entonces has elevado tu deseo al nivel divino, y Dios ha comenzado el proceso de crear objetivamente ese deseo. -Quizás lo has hecho sin darte cuenta pero creando cosas desagradables, ya que muchas veces sentimos lo que no quisiéramos que sucediera, al escuchar de otros malas noticias, chismes, peligros, accidentes, envidias, resentimientos, rencores, críticas, enojos, trifulcas, estás de forma inconsciente provocando un sentimiento de malestar que se queda en tu interior causando una serie de desórdenes tanto físicos como mentales, trayendo en la manifestación algo similar en tu realidad objetiva o experimentando un padecer- Ahí tienes una respuesta a esa pregunta que tantas personas dicen y dicen: cómo Dios permite que pasen esas cosas? No es Dios, es el sentimiento, el sentimiento de miles de personas está en el estado del temor, temiendo esto y aquello y pasan días y días enteros pensando y sintiendo aquello que precisamente desearían evitar, hacen plegarias y rezos cientos de veces para después decir a los cuatro vientos que sus oraciones no son respondidas, que seguramente carecen de fe, que debe ser un castigo. Y es que debes saber que Dios ha establecido leyes en su creación y esas leyes no son para unos y otros no, o unos son más especiales que otros, nada de eso esas leyes tienen el mismo patrón de cualquier ley física, son impersonales e inmutables. El delito está en nuestra parte al ignorar la Ley de Dios. Jesucristo es el claro ejemplo cuando además de apelar constantemente al trato entre unos y otros -”no sientas que le hacen a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti, y, no sientas que te hacen a ti lo que tu nunca le harías a otros” , también deja muy claro que la vida es un intercambio con la creación, es un constante dar y recibir. Pero debes ser consciente que ese dar lo proyectas desde tus adentros y así recibirás. Tus acciones están condicionadas por tus sentimientos y estos a su vez por tus pensamientos y estos a su vez por tus creencias, y tus creencias son el producto de lo que asumes como cierto, lo que muchos no sabemos es que esas asunciones no necesitan para nada de la ayuda de eso que llamamos realidad, en otras palabras para creer en algo para plantar esa semilla solo debes creer, no necesitas más ninguna otra prueba, eso es lo que Jesucristo desea de ti. Tus cinco sentidos están sobrando en este proceso, -”dichosos los que creen sin haber visto” Juan 20:29. ¿Sabes cuántas creencias has almacenado en tu ser interno sin tener la más mínima prueba de ello? Te estremeces al saber que la mayoría de esas creencias son limitantes, no beneficiosas de ninguna forma, pero llegaron a tus oídos precisamente de alguien a quien creías importante o con autoridad. Otra vez viste la palabra “creías” y otra vez quizás lo hiciste sin tener prueba ninguna más que… es lo que todos hacen, verdad? Pues bueno solo un pequeñísimo porcentaje de las personas actúan de forma consciente bajo la Ley de Dios, puede y estoy seguro que todas esas creencias limitantes llegaron de parte del otro porcentaje, de quienes se preguntan cosas que no entienden y de quienes han puesto el reino de los cielos en contra del hombre. De nuevo recuerda que esa creencia en lo que deseas no necesita la intervención de tus cinco sentidos. Debes “morir” a ellos no puedes estar resolviendo tu deseo mediante lo que ves y escuchas, pues tus deseos son regalos de Dios y su reino no es de este mundo -”Mi reino no es de este mundo ..” Juan 18:36. Hemos asumido un entendimiento tan erróneo sobre el drama de las escrituras que podemos leer muchos pasajes cientos de veces sin caer en cuenta con su significado real. Ahora bien, entendiendo el concepto de fe, creyendo y sintiendo lo que imaginamos de forma consciente puedes entonces comenzar un examen de conciencia para analizar en dónde está tu atención la mayor parte del tiempo, en lo que deseas que suceda? En lo que te acerca a tus objetivos? En el bien común? En tu bienestar y el del mundo entero? En la salud?, En la abundancia?, En la paz?, En la compasión? En la realización y gozo de tus deseos? Tu atención es un imán, es tu sintonía y debe estar a la altura de lo que deseas conscientemente y no de lo que te provoca malestar, temor y tristeza. Jesucristo es el ejemplo más claro que todo se puede vencer y transformar en gloria, pero debemos saber seguirle, -” Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” Mateo 16:24. Debes renunciar a todo lo que te provoca malestar, desde tu ser interno pues desde ahí lo has proyectado, debes desterrar la idea de lo que hasta ahora crees que eres y asumir quien en verdad desearías ser. Esa idea de lo que desearías ser se convierte ahora en la carga que debes llevar hasta morir “clavado” a ella, adherirse a ella y ser una sola cosa, hasta lograr despojarse por completo de la idea vieja que te causaba malestar y asumir o nacer a tu “nueva vida”. Ahí es cuando entregas toda tu confianza en Dios, ahora solo debes esperar su respuesta de salvación. ¿Sabes lo que sería continuar la jornada sabiendo que mediante Cristo has renunciado a tu malestar y esperas ansioso tu resurrección a tu estado deseado? ¿Tendrías la fe necesaria para actuar de esa manera?, ¿Podrías actuar con la creencia de que lo que has concebido mediante tu imaginación es una realidad en camino a manifestarse? Yo te puedo asegurar que así es. Jesucristo no solamente cree también que así es sino que él mismo te llama a que si quieres ser su seguidor no solamente puedes hacerlo sino que debes hacerlo. No te estoy diciendo que es fácil pero recuerda que para Dios no hay imposibles. -”Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”. Marcos 9:23. Recuerda amigo lector que no debemos vacilar cuando nos llamamos seguidores de Jesucristo, me refiero a que es una decisión muy seria y debe ser definitiva, aunque lo que pase allí afuera te atormente, te asuste, te preocupe, no debes dejarte vencer pues tu confianza está en Dios, y como tal debes saber manejar esas circunstancias desagradables cada vez de una mejor manera. En una de mis clases hablé con una de mis estudiantes que se atormentaba muy fácilmente por cosas que no se pueden controlar, malas noticias, chismes y calumnias especialmente. Le insistí sobre nuestro poder interno de saber interpretar lo que sucede y dije debes estar atenta la próxima vez y le hice esta pregunta para cuando en nuestros oídos se cruza algo desagradable: ante esto que está pasando, ¿qué haría Jesucristo? Estamos de un lado o del otro pero no podemos estar en ambos bandos y decirnos seguidores de él. -”Nadie puede servir a dos amos a la vez ..” Mateo 6:24. Que puedas ser de esas personas que no necesitan del hombre o de lo que el mundo ofrece para sentirse a salvo, que tu fe no sea de este mundo. La mayoría de personas cuando se les quita todo aquello en lo que depositan su fe -material, títulos, pertenencias, recetas, cuentas de banco, trabajos- quedan completamente indefensas y sumidas en el más profundo de los miedos. Dentro de ti está el único poder y no hay otro más que él.
El temor es guiado por la duda,
Todo lo contrario a la fe es el temor, pero igual de poderoso. Ambos (fe y temor) son los causantes de lo agradable y de lo desagradable que experimentamos. Cuando dejas que cosas negativas de tu entorno por medio de pensamientos entren en tu mente, estás expuesto aunque no lo quieras a actuar desde el temor y ahí nace la duda. La duda es el mayor enemigo de tu ser interno. Cuando ella establece su reino dentro de ti, estás sujeto a todo tipo de malestares. Por la duda los humanos hacen cosas increíbles, realizan esfuerzos sin medida, toman decisiones extremas, apresuran sus planes, corren tras las cosas sin consideración alguna, y sabes que es lo peor?, le llaman a todo eso: sacrificios, vale la pena, a ver si me conviene, a ver si la suerte me acompaña, y otras cosas sin sentido que oyes por ahí cuando una persona trata ya sea de evitar algo en lo cual tiene depositado todo su temor, o, está tratando de lograr algo mediante el deseo descontrolado y ansioso de sus cinco sentidos, ya sea por infinitas razones: poder, envidia, rabia, orgullo, soberbia, avaricia, maltrato, abuso, apariencias, desconfianza, crueldad, temor y duda precisamente. En pocas palabras es ser seguidor del poder mundano, solo para conseguir una seguridad u estatus falso, que desaparecen al mismo tiempo que lo demás desaparece. Es romper con la regla de oro -”no sientas que le hacen a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti, y, no sientas que te hacen a ti lo que tu nunca le harías a otros”. Es predicar en contra del mensaje de Jesus. Lo podemos observar en todas partes que vamos, con todo tipo de comportamientos y creencias. El ser humano actúa siempre a la defensiva cuando el temor es su guía, acude a lugares o es partícipe de ciertas asambleas por el hecho de que si no lo hace teme un castigo o puede que suceda algo malo. El temor a Dios ha sido tan mal enseñado por parte de los credos religiosos que la mayoría de personas hacen todo lo que sus guías religiosos les dicen que hagan, con tal de evitar algo desagradable, sin saber que el sentimiento es precisamente ese! Evitar sentir lo que sentirían desde el estado de temor lo cual sólo producirá experiencias que confirmen ese sentimiento de temor. ¿Entiendes? Es como una cadena, un círculo. Veamos, tomas acción desde el sentimiento de temor, sigues una creencia pues de lo contrario te han hecho creer que si no lo haces no eres creyente, o no serás salvado, poco importa si hay pruebas de ello o no, actúas con temor, piensas que estás siendo obediente por actuar así, recibes lo que tu sentimiento emite, lo cual es temor a evitar enfrentar un castigo o una experiencia por la cual te sentirás arrepentido, sabes en dónde te sitúas? A la puerta de recibir lo que sientes, pues inconscientemente tratas de alejarte o evitar seguir ahí, o sea estás decretando que estás ahí, y qué atraes por ende: una experiencia para sentirte arrepentido! Y de nuevo la cadena se repite. Y así pasamos la vida una y otra vez. Y creemos que eso es obedecer la voluntad de Dios. El fallo está en el sentimiento, el sentimiento producto de no saber sentir conscientemente, lo cual es a su vez el resultado de ignorar la Ley de Dios. De esa forma cultivamos, cuidamos y dejamos crecer el temor sin darnos cuenta en lo absoluto. Y acudimos una y otra vez al punto de partida, y la ecuación se repite, y se repite por generaciones de generaciones. Y seguimos con la excusa del temor a Dios.
El temor a Dios es saber conscientemente que sin ese poder no somos nada, que sin entender y experimentar sus verdaderas leyes no somos nada, que ignorar que su poder es la única vía para contribuir a la evolución armoniosa de la creación es crear destrucción, y por ende seremos parte de esa destrucción: acaso no deberías conscientemente temer tal cosa?. Temer a Dios es saber que todo tiene una causa y un efecto, que el amor es la causa de todo lo mejor que nos pueda pasar y que ausentarnos de él es atenernos conscientemente al malestar. Ignorar su Ley es sentir frío cuando deseas estar abrigado, sabes por ende que te has alejado de él, que has confiado más en lo que crees saber y en tus condicionamientos o en los de otros que en su palabra. Nunca temas a Dios con la idea de que él castiga o toma venganza mediante pruebas difíciles por algo que crees haber hecho malo, recuerda que lo que siembras recoges, no es un ser externo que decide el castigo, es tu mismo que al no conocer la Ley creas malestar que será devuelto a ti mediante experiencias semejantes al sentimiento que emites. Por tanto actuar conscientemente ignorando su Ley y aferrándonos a la arrogancia y a la soberbia es lo opuesto a ser pobre de espíritu, el pobre de espíritu sabe que su espíritu sin esa armonía divina* está vacío. Más aún debes saber que ese Dios está dentro de ti, él es quien te hace imaginar y sentir todo cuanto imaginas y sientas. Debes experimentarlo como tal, y usarlo a tu favor, imaginando y sintiendo todo aquello que llene tu corazón de gozo, paz y alegría, para ti mismo y para los demás. Por ende todo el que le conoce nunca podrá temerle, solo podrá buscarle y obedecerle. Buscarías y obedecerías algo que tus cinco sentidos no alcanzan a hacerlo? En varias parábolas Jesus nos explica de una manera simbólica el enorme peligro de vivir confiando en lo que dicen tus cinco sentidos. Esa desconfianza de la que hablamos no tiene nada que ver con saber usar esos sentidos para realizar tareas y disfrutar tu existencia pues para eso son. Cuando hablamos de no confiar en tus cinco sentidos me refiero a no dejar que ellos que están anclados en la realidad vayan a estropear cualquier deseo de tu corazón, que no se interpongan entre ti y el sentimiento de lo que deseas. Pues tu deseo proviene de un poder ajeno a este mundo y si consultas con tus cinco sentidos sobre cómo y cúando tal cosa sucederá, de seguro ellos negaran que tal cosa sea capaz de realizarse. Por el contrario tienen la tendencia a llevarte a tomar acción desde la duda, pues están negando tu deseo, y no hay peor cosa para una persona que vivir en la duda de que lo que desean, están presintiendo que quizás nunca se realice y como no lo puedes ver para creer entonces no creemos en lo que Dios es capaz de hacer, complicado? No lo es, solo que aún no nos hemos dado cuenta, vivimos tan ocupados y enfocados en ser realistas que cerramos la puerta a quien está más cerca de nosotros que nuestras manos y pies. Si deseas a plenitud creer y te decides a seguirle, debes actuar desde la fe, desde el gozo en tiempo presente de sentir lo que ahora no puedes ver.
No trates de alterar el proceso recurriendo inoportunamente a acciones que lo único que crearán será decaimiento físico, estrés, ansiedad y preocupación. Más bien toma tiempo para meditar, imaginar y sentir lo que deseas. Aprende a escuchar a tu corazón, es el centro de la intuición y la sabiduría, nunca falla. Armoniza tu interior con creencias poderosas y sentimientos de grandeza, prueba a negar la duda y a seguir tus deseos con la certeza que los recibirás o algo mejor. Me causa curiosidad ver como tantísima gente que se declara creyentes corren como locos detrás de soluciones sin antes acudir al verdadero y único poder, el cual reside dentro de ti, -”Jesús les dijo: ni dirán mírenlo aquí o mírenlo allá, porque he aquí el reino de Dios que está dentro de vosotros” Lucas 17:21. ¿En dónde está esa fe que dicen tener? Recuerda una vez más amigo que el sentimiento de tener que hacer algo para evitar algo más es atraer ese algo más. Eso es actuar con temor y no con fe. Es lo contrario a lo que Jesucristo es para que tú también lo seas.
Esta es la introducción al programa: Tu verdadero YO SOY.
Noel Jimenez.
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