Decisiones, es algo de lo que muy a menudo hablamos. Se le ha dado suficiente importancia a cómo tomar una decisión, y, quizás no analizamos que cada decisión que tomamos tiene una consecuencia, trae una consecuencia consigo, ya sea buena o mala. En nuestro entorno educativo tanto en hogares como centros de educación y hasta religiosos, se nos enseña que es bueno y que es malo, en base a eso y mediante la interpretación de otras personas sobre lo que es bueno y malo se nos trata de exponer cómo debemos decidir. Poco importa si esas personas actúan de forma consciente o inconscientemente, pues ellos creen en lo que un grupo social califica de malo o bueno, ya sea un grupo religioso, político o cultural. Puedo decir sin equivocación que en mi experiencia, se nos educa muchas veces a decidir de una manera y punto, no hay cabida para el análisis o la discusión del porqué?, ¿a qué se debe? O, qué pasaría si estoy decidiendo con miedo a algo?, es esta decisión lo que me hace sentir bien y me acerca a quien deseo ser?. Podría enlistar muchas preguntas que llegan a las mentes de aquellos que a momentos piensan que tomar una decisión requiere mucho más que interpretaciones y costumbres de quienes nos enseñan. En mi caso y en mi entorno las decisiones eran asimiladas en base a lo externo, en base a creencias sobre lo que vemos únicamente, en base a ideologías y patrones de conducta establecidas muchas veces basadas en el miedo y la ignorancia. Me he dado cuenta a través de mucho tiempo que son miles de personas las que comparten esa experiencia.
Es un amplio tema hablar sobre decisiones, esta vez quiero enfocarme en la manera que lo hacemos y si en verdad consideramos las consecuencias de cada decisión, cómo podríamos saber si estamos decidiendo para nuestro bien y el de los que nos rodean?
Primeramente, debes establecer una línea entre lo que hayas llegado a creer sobre quién eres y lo que verdaderamente eres. Este paso tan indispensable que llevo a cabo con mis estudiantes les hace ver la diferencia abismal entre: llegar a creer algo por pura costumbre o obligación y llegar al conocimiento de la verdad. En mis temas de desarrollo personal y espiritual es de suma importancia el conocimiento que nos acerque a quien realmente somos, pues solo de esa manera podemos entender la importancia de saber decidir. Saber decidir con el corazón es una de las virtudes más grandes que Dios nos permite hacer.
Por tanto debemos: 1) saber decidir lo que aceptamos como verdad, 2) saber decidir que escuchamos y que no, 3) saber decidir qué pensamientos nos convienen y cuáles no,
4) saber decidir qué sentimientos nos mantienen atentos* y cuales nos mantienen ausentes*, 5) saber decidir cómo actuamos, en el bien o en el mal?. Si pudiéramos comprender el poder que reside en cada uno de nosotros comprenderiamos también el daño de tomar decisiones basadas en todo aquello que no agrade a Dios. ¿Por qué la importancia de todas esas decisiones internas? Muy sencillo, esas decisiones darán fruto a la persona en que te conviertes, la persona que eres, y esa persona tomará decisiones en su vida basada en lo que realmente cree que es.
Saber decidir lo que aceptamos como verdad, puedo comenzar por preguntarte: qué es verdad para ti? Lo que palpan tus cinco sentidos? Pues no, eso no es verdad, eso tiene una causa, comenzó en algo mucho más poderoso que tus cinco sentidos. Existe una verdad única por la cual todo es manifestado en nuestras vidas. Dios ha terminado su obra y únicamente él ha sido el creador, tú solamente escoges en que parte de la creación eres participe, de ahí la importancia de saber decidir. Te daré una pista más concreta, lee y medita detenidamente esta cita bíblica, Juan 18: 33-38, “ 33 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35 Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. 37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?”.
¿Cuál voz es la que escuchas?. Eso a lo cual escuchas: ¿es la verdad que deseas experimentar?, sea cual sea la experiencia que deseas superar en tu vida. O, ¿acaso eres tú de esos que dejan y aceptan lo que para otros es verdad?
Otra vez te pregunto, ¿qué es verdad para ti?. Toda decisión debería comenzar por lo que verdaderamente queremos ser en la vida. Esta simple interrogante se convierte en un tremendo lío cuando en verdad tienes que responder, y aún más complicado cuando llegas al entendimiento que tu eres el creador de tu existencia, pues Dios lo ha creado todo y tu solamente co-creas lo que experimentas, o sea tomas parte en uno o varios hilos de los que sostienen todo lo que existe, eso lo haces cuando eres eso que experimentas por haber creído no por haber deseado, pues muchos desean pero muy pocos creen. Juan 20:29, “... dichosos los que creen sin haber visto”. Entonces, ¿cuál es la verdad que crees?, ¿está esa verdad en sintonía con lo que deseas ser?. La verdad que debemos creer no tiene reino en este mundo, no es dictada por tus cinco sentidos lógicos y llenos de asunciones analíticas. La única verdad yace en lo más profundo de tus creencias y saber decidir cuáles son esas creencias es el trabajo más importante que puedas realizar.
Saber decidir lo que escuchas, una vez que conscientemente has decidido y sabes lo que deseas ser, y partiendo del conocimiento que la única verdad es creer que ya eres lo que deseas ser, entonces lo más conveniente sería que sepas decidir lo que escuchas, pues cada cosa a la que pones atención debería estar en concordancia con eso que ya eres. Puedes oír muchas cosas y poner oídos sordos y escuchar solamente lo que te traiga paz, armonía y felicidad que complementan eso que ya crees que eres. Bien simple, ¿verdad?. Al principio puede que no lo sea pues muchas mentes tienen el hábito de inclinarse hacia lo negativo, hacia lo que causa temor, esto puede traer interrogantes que ponen en tela de duda tu única verdad, por eso la importancia de estar atentos y despiertos, Mateo 24:42-44, “42 »Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. 43 Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. 44 Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen”. Decide desde hoy poner atención a todo aquello que te haga sentir bien, a todo aquello que traiga paz, amor y abundancia en todos los campos de tu vida y en la de los que te rodean. Para él nada es imposible, persevera y verás que estar atento y consciente es un hábito que Dios te ha regalado.
Saber decidir qué pensamientos convienen y cuáles no, los pensamientos negativos son como esas personas chismosas y temerosas, solo traen malas noticias y cosas que poco o nada importa para quienes están enfocados y se desenvuelven en lo que verdaderamente desean, entonces lo mejor es ignorar! Solo estando atento se pueden detectar. No se puede discutir con un necio pues podrías caer y ser presa de su necedad, Proverbios 26:4-5, ”4 Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.5 Responde al necio como merece su necedad, Para que no se estime sabio en su propia opinión”. Esto también es un hábito, es uno de los más fuertes y requiere como tal también mucha perseverancia, se debe perseverar en la vigilia y estar atentos a esos pensamientos negativos de toda índole que su única intención es distraerte de lo que has decidido creer, si estás atento te darás cuenta que también muchos de eso pensamientos de malestar son solamente eso: pensamientos y nada más! Y aún así logran distraer muchas mentes para encaminarlas por caminos tortuosos llenos de discordia y malestar, y sabes que? Si no se está atento se llega a experimentar lo que ellos proponen. Decide estar en vela para poder reconocer esos pensamientos dañinos y poder ignorarlos a tiempo, luego inmediatamente reconoces esos “no invitados” debes entonces invitar a aquellos que si son de tu simpatía, debes entonces tu mismo crear pensamientos que te llenen de buenos sentimientos, como por ejemplo: agradecimiento, amor, salud, abundancia, prosperidad, compasión, alegría, entusiasmo, creatividad, disfrute, gozo, seguridad, paz, esperanza, confianza, en fin todo lo que alimente al ser interno que ha despertado en ti. Decide estar atento, ser fuerte y valiente para cerrar la puerta a pensamientos indeseados, solo debes ignorar, cuando notes que un pensamiento no está en armonía con tu ser interno, debes entonces dirigir tu atención a pensar en todo lo que te hace sentir bien. Te recomiendo tener una lista de todo por lo cual estás agradecido, es de gran ayuda para aquietar tu mente en momentos en que te cuesta pensar positivamente.
Saber decidir qué sentimientos nos mantienen atentos* y cuales nos mantienen ausentes*. Una vez que sabes que la realidad externa comienza por lo que internamente se acepta como verdad, entonces debes decidir lo que escuchas, lo que en verdad conviene escuchar y lo que conviene dejar pasar, luego afinas tu forma de pensar. Es bien sabido que nuestra forma de pensar es quizás el más fuerte de los hábitos, por tanto es muy probable que requiera mucha perseverancia cuando busques afinar tus pensamientos acorde con lo que deseas ser. Una vez más te recuerdo que el deseo puro es el más alto generador de perseverancia, si en verdad deseas ser eso que deseas ser, estarás en vigilia para no permitir que uno o varios pensamientos te arrastren hacia donde no quieres ir, perseverancia amigo, persevera y verás que tu mente luego será un servidor fiel y hará el trabajo sin que tu muchas veces te des cuenta. Pues bien vamos al sentimiento, llama la atención observar a muchas personas decir lo que no sienten, verdad que a todos nos ha pasado, algunas veces hasta causa un nudo en el estómago cuando decimos algo que en verdad no sentimos. Cuando mentimos por compromiso, por no quedar mal, por no hacer sentir mal a otros, o simplemente porque erróneamente no queremos sentirnos culpables más tarde, llegamos a decir cosas que nos hagan ver bien ante otros aunque a nosotros mismos nos hagan sentir mal. Y, ¿qué hay de lo que sentimos cuando queremos o deseamos algo? Cuando pides por eso que deseas, ¿qué sientes? ¿Has puesto atención a lo que sientes? Dónde está tu atención en ese momento, en lo que deseas o en la duda y el miedo porque crees que muy difícilmente tu oración será respondida? O puede que nos suceda como a miles de personas, cuando piden o orán lo hacen con el completo desconocimiento de lo que en ese momento están sintiendo. Así de igual es el desconocimiento de lo que están sintiendo como así de igual será de su desconocimiento lo que reciben, pues lo que verdaderamente cuenta es donde ubicas tu sentimiento cuando pides tu deseo. Para hacerlo simple, un ejemplo bien sencillo es cuando ordenas algo por internet, un par de zapatos que te gustan, mientras ordenas estás visualizando cómo te verías con ellos puestos, puede que hasta entres en detalles y agregues a tu imaginación qué ropa se veria bien con ese par de zapatillas. Una vez que cierras la orden descansas con la certeza que tu pedido será entregado a tu puerta. Pues bien así mismo trabaja el poder divino en nuestras vidas, con una clara e inmutable ley: como es adentro es afuera. Causa y efecto, ya habrás escuchado o leído sobre ello. Esto es impersonal y no entra en argumentos contigo para hacerte ver que lo que sientes no está en afinidad con lo que pides. Poco importa lo que digas cuando tu sentimiento es otro y mucho importa lo que sientes cuando hablas de lo que deseas, entiendes? Pues sea que de forma inconsciente o consciente la persona esté atenta a lo que siente, siempre recibirá lo que se identifique con sus sentimientos, pues estos son el reflejo de lo que cree, y lo que cree es lo que se planta y se recoge. Gálatas 6:7, -” No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Un sentimiento predomina cuando tiene una creencia que le respalda, si te cuesta creer en algo o no lo crees para nada es imposible que te sientas bien por ese algo, por ende el sentimiento predominante es de malestar y así también los frutos que se recogen no serán de agrado. Puedes ver como la mayor de las peticiones radica en el sentimiento, no puede haber discordancia entre lo que crees, piensas, sientes y dices, si la hay entonces el pedido no es claro ni efectivo. Ten presente algo muy importante, la realidad de la que hablan tus cinco sentidos es de cero importancia para tu ser interno el cual ejerce el poder de armonizar creencias, pensamientos y sentimientos, en especial cuando buscamos la renovación de experiencias. Recuerda que ese reino al cual tu espíritu pertenece no es de este mundo. Si es cierto que millones de personas escogen engañosamente sin darse cuenta que esa realidad externa sea la única verdad y así terminan transmitiendo esa información a su mundo interior, al cual poco le importa si eso es cierto o falso, lo único que le importa es si en verdad crees, sea lo que sea. Por ende sus vidas se convierten en un reciclaje de lo mismo: experimentan un malestar, creen por muchas razones que es muy difícil de superar, se dejan arrastrar por pensamientos y sentimientos alineados con ese malestar, esos pensamientos y sentimientos van a tu poder interno sembrando creencias limitantes, luego estás producen frutos amargos y estos manifiestan más de lo mismo, con diferentes experiencias pero con idénticos resultados, y todo esto sucede mientras la persona pide y pide por aquello que desea adquirir o transformar, sin prestar atención a lo que siente.
Ya vas comprendiendo el poder de lo que sientes mientras deseas algo. El poder de mantener la atención en que tu pedido ha sido respondido causa un sentimiento de certeza y alivio, pues cuando sea el momento debido la gracia y la voluntad de Dios harán visible eso que puedes creer sin haber aún visto. El trabajo de más cuidado está en tu mundo interno o invisible, es la esfera del sentir, nada importa más que lo sientes, acaso has notado que en cualquier ámbito de tu vida los obsequios o experiencias son poco comparados a lo que en verdad sientes, pues imaginate que tan poderoso puede ser un sentimiento de ser lo que se desea comparado a lo que podrías adquirir siendo lo que deseas. El sentimiento de ser es la plenitud de todo lo que deseas sentir, pues te conviertes en la causa de todo lo que se identifique con lo que ahora eres.
Saber decidir qué sintonía predomina en ti es el cauce que lleva tu atención a lo que deseas de forma consciente, es una labor únicamente tuya. Igual que los pensamientos requiere estar atento. Es tu elección y recuerda que no depende en lo absoluto de lo que tu realidad externa determine. Sitúas tu atención en lo que sentirías siendo quien deseas ser, o permites que esta divague entre la duda y el miedo ausentes del poder de Dios.
5) Saber decidir cómo actuamos, en el bien o en el mal? Este es el reflejo de lo que ya
has imprimido en tu interior. Puedes confiar tanto que cuando las cosas parecen no ir
como quisieras aún así descansas en la seguridad que Dios tiene su plan perfecto?
Muchas veces nos perdemos en reacciones no identificadas con quien internamente
somos, eso es normal, tenemos una parte humana y erramos. Más aún deberíamos
rectificar, aprender la lección y seguir adelante confiados en lo que internamente hemos
establecido mediante los cuatro puntos anteriormente explicados. Ten presente que todo
en lo que desees convertirte debe llevar el amor como esencia, esto es que siempre
habrá justicia en lo que decides ser, por tanto habrán consecuencias. Cada decisión
interna recibirá su justa recompensa y esta tendrá consecuencias. No busques el mal, el
dominio, el dolor, el abuso, la infamia, la violencia, la calumnia, el desprecio, la duda, el
miedo, el poder de opresión, las asunciones negativas sobre otros, pues todo esto te lleva
a convertirte en quien no quieres ser. Actúa con paciencia y con la convicción que cada
uno tiene un plan divino, cada uno es precisamente lo que internamente cree que es,
cada uno está en una etapa de evolución. Cuando comprendes quien realmente eres, y
el poder que reside en ti eres capaz de devolverle al mal con bien y al odio con
amor, actúas desde la esfera espiritual donde las apariencias no existen y solo vemos
similitud en lo que somos, el único deseo para los demás es lo que deseamos para
nosotros mismos. No interfieras con exigencias ni forzando tu punto de vista, cada uno
tiene su forma de vivir y es su responsabilidad evolucionar hacia el bien, no juzgues.
Ayuda desinteresadamente, dar sin esperar nada a cambio.
Decide actuar transmitiendo la misma armonía, paciencia y perseverancia con la que te
tratas a ti mismo. Confía que eres quien deseas ser y expresalo ante todo el mundo.
En un mundo cambiante y apresurado apenas si podemos decidir lo que hacemos y cómo lo hacemos. Las distracciones y atenciones externas nos privan por completo de las decisiones más importantes. Si pudieras tomar un tiempo diariamente para seguir tus corazonadas estarías sorprendido de lo sabio y acertado que es tu corazón a la hora de decidir, pocas veces se equivoca, siempre acierta en lo que siente, es intuitivo y te puede guiar a lo que deseas, pero debes saber que se vale de la simpleza y de la humildad. Tenemos sueños que quisiéramos cumplir pero el vivir de prisa nos ausenta del momento necesario para imaginar y sentir. La mayoría de personas viven su vidas sujetas a las decisiones de otros, todas ellas sin darse cuenta qué consecuencias encaran tales decisiones. La atención es fácilmente desviada y enfocada en lo que no queremos creando inconscientemente el sentimiento de duda y miedo. Lo que tu no deseas no puede traer más que duda y miedo. En mi experiencia me he dado cuenta que vivimos ausentes por completo de lo que creemos, pensamos, sentimos y decimos. Puedes observar como todo tu alrededor contempla y habla de lo mal que van las cosas, lo difícil que es salir adelante, lo peligroso del mundo, las epidemias, los accidentes, el caos, las catástrofes, las malas noticias, y a la vez ingenuamente acuden a templos y servicios religiosos con el fin de obtener lo que desean, buscan fuera de ellos lo que ellos mismos han perdido internamente, buscarán sin encontrar. Decide armonizar tu interior con ideas y pensamientos que generen sentimientos de gozo, amor y abundancia. Sea cual sea la idea de Dios que hayas concebido, él habita en ti, está actuando constantemente mediante lo que crees, piensas y sientes, no existe ninguna otra salvación. Cierra la puerta a todo lo que te disgusta, al pasado y al futuro. Lleva en este momento tus pensamientos a lo que deseas ser, disfruta imaginando una y miles cosas de lo que haces siendo quien deseas ser. Toma un momento hoy de noche e imagina lo que deseas ser y deja volar tu imaginación, ¿qué harías?, ¿Cómo te levantarías mañana? ¿Qué cosas dejarían de preocuparte?,¿qué te dirían las personas cercanas a ti?, ¿cómo llevarías tu rutina diaria?, y sobre todo: qué te dirías a ti mismo y qué le dirías a Dios?.
En mi programa de Saber Soñar enfocamos como punto primordial el poder de saber decidir siempre de acuerdo con nuestros deseos.
Tu mentor, Noel.
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