Definitivamente ambos términos nos son muy frecuentes. Hasta diríamos que es casi lo mismo, puede que hasta tengamos una sola idea cuando escuchemos o nos refiramos al uno u al otro. En esta pequeña introducción trataremos de entrar en algo más profundo que nos pueda llevar de lo que hacemos inconscientemente a tomar control, y de forma muy atenta dirigir nuestras oraciones hacia lo que verdaderamente deseamos, dejando de actuar de forma descontrolada lo cual crea situaciones y experiencias también fuera de control. En otras palabras si no estás atento a tus oraciones o asunciones diarias en cada momento, puede entonces que estés experimentando malestar en tu vida, recuerda que lo que sembramos recogemos, así tu siembra sea de tu conocimiento o no siempre dará fruto, por esto mismo nos sorprendemos cuando ese fruto no es de nuestro agrado, veremos cómo ser más conscientes y estar más atentos cuando la “mala hierba” o influencias mentales negativas procuren amenazar nuestra armonía interna.
Primeramente haremos una aclaración sobre ambos términos. Rezar, requiere que conozcas y recuerdes lo que vas a recitar, muchas veces recordamos muchos rezos pero casi nunca tenemos un conocimiento de ellos. Puede que sepamos recitar muchas “oraciones” pero no necesariamente sabemos su origen, autor o intención con la cual fue redactada. Es bien sabido que el Padre Nuestro que nos enseñaron desde niños es la oración presente también en las escrituras. Más de ahí la mayoría de todos esos rezos que tu sabes son de la autoría de muchísimas personas a través de la historia. El Padre Nuestro tiene su interpretación simbólica bien precisa de cómo deberíamos dirigirnos a Dios, más aún lo repiten y repiten millones de personas y eso no quiere decir que sepan realmente el significado de lo que dicen. Volvemos de nuevo a caer en el acto inconsciente de no saber orar pero sí saber rezar, rezar es recitar un verso o varios con una intención mental determinada, más la intención necesita de un deseo, pues el deseo es el motivo por el cual dirigimos esas plegarias hacia algún poder que debería respondernos con lo que pedimos. Es aquí donde debemos tener cuidado pues la creencia de que nuestros rezos deberían ser respondidos ha creado en muchas personas una idea e imagen de Dios muy diferente a la del Dios verdadero. Cientos de personas se cansan o persisten en sus rezos sin obtener lo deseado, aunque afirmen en todo momento tener fe persisten en esa práctica para en peores casos muchas veces recoger lo contrario a lo que piden. Debemos aprender correctamente qué es orar con fe, si no lo sabemos hacer estaremos en ese grupo de millones de personas que rezan y rezan pero están divididos entre lo que desean y lo que realmente creen poder lograr. Y aún peor, muchas veces nuestras oraciones son la contradicción a lo que sentimos, y sabes quien gana el pedido entre lo que pides verbalmente y lo que pides de sentimiento? TU SENTIMIENTO! Tu sentimiento es el reflejo de donde estás, de dónde te sitúas, de lo que has asumido por cierto. Ejemplo, estás triste por algo que alguien dijo, te sientes mal y tu mente ha creado un sin fin de deducciones para comprobarte que esa persona no solamente decía lo que decía para ti sino que hasta quizás tenía razón y muchas otras personas podrían estar opinando lo mismo de ti. El creer eso y asumir que así es te hace sentir triste, poco importa si está en tu control asumir todo lo contrario y desde ahí cambiar tu sentimiento e ignorar los chismes y críticas de otros que solo buscan incomodar. Si tan solo recapacitaras que nada de lo que lo que otros digan puede dañarte a no ser que des tu consentimiento para que lo hagan entonces podrías fácilmente dejar que esas palabras entren por un oído y salgan volando por el otro. Pero al no ser conscientes de ello nos atascamos en ese sentimiento y ese sentimiento de tristeza se convierte en tu petición y todo el momento en que persistas en ese sentimiento estarás cada vez más triste y experimentando situaciones y vivencias que refuerzan tu tristeza. Como puedes ver el sentimiento siempre supera lo que de tus labios para afuera dices desear. Hasta que no te situes en el sentimiento de lo deseado no podrás crear o recibir de Dios eso que deseas. Debemos estar muy atentos pues una mente indisciplinada que actúa sin darse cuenta o sea inconscientemente es atacada y manipulada muy fácilmente por todas las otras mentes que actúan de esa forma, dejan entrar a su conciencia todo tipo de desechos tóxicos sin el más mínimo conocimiento que eso crea un sentimiento, este a su vez una petición y esta a su vez una manifestación. Todo esto sucede en cientos de miles de personas mientras recitan sus rezos, eso estaría muy bien si hubieran ya armonizado su reino interno, pero la mayoría piden o rezan con la total duda de que lo que piden está en manos de un ser ajeno a ellos, o, aún peor que ese ser a unos les concede y a otros no, y que muchas veces lo que pedimos es de poca conveniencia para lo que ellos mismos interpretan como salvación. Si vas entendiendo puedes imaginar la enorme confusión y contradicción que estas mentes cargan en su interior, de esa forma nunca se llega al destino deseado. Es igual que ordenar un artículo por internet y cambiar de orden cada minuto, probablemente perderás la energía de tu ordenador y ya sabes que nunca recibirás lo que ordenas pues aparte de que no te has decidido tus sentimientos están sumergidos en la duda, la duda es la hermana del temor y ambos son el polo opuesto del amor y la fe, estos últimos son el camino a la manifestación de todos tus buenos y abundantes deseos. Entonces, rezar lo puede hacer cualquier persona, es recitar algo mediante la lectura o de memoria, y no siempre refleja lo que esa persona siente, solo ella en su corazón sabe si sus palabras son verdaderamente el reflejo de lo que ya ha asumido por verdad en tu interior. Puede que afirme con seriedad que está rezando con fe, y puede también que esté ausente de sus verdaderas creencias pues estas están muy bien guardadas en el subconsciente, y por tanto al no hacer el trabajo de revisarlas a menudo estas terminan demostrándose mediante la manifestación de eventos y experiencias en nuestras vidas, por eso es de suma importancia revisar tus creencias a menudo para asegurarnos que tenemos el inventario de armamento adecuado para ganar en la vida. Es igual al gerente de una tienda que revisa a menudo que en su bodega se almacene sólo aquello que se venda en su tienda para ser exitoso y productivo en su labor, no vaya a ser que nunca sabe lo que en su bodega se ha almacenado y un día su tienda queda en la bancarrota y llena de cosas indeseadas que nadie desea adquirir. Pon mucha atención y revisa adecuadamente tus creencias a menudo, luego rectifica tus sentimientos hacia el amor, la felicidad y la armonía, se agradecido y bendice todo lo que tienes, no lo compares con lo de otros, pues las cosas en tu vida que no tienen precio son esas cosas que nadie te las puede dar solo Dios.
Orar, ya vas entonces entendiendo lo que orar es, y es bien simple, orar es estar ahí, como transportarse a eso. Si, así de simple, es estar ahí en donde deseas estar, o con lo que deseas tener, o lo que deseas ser, eso es orar estar ahí en esa experiencia como si ya fuera una realidad. Te estarás preguntando qué disparate es esto? Pues no, no es ninguna locura ni ninguna fantasía, y para terminar de complicar la explicación te diré que si hasta ahora no lo sabías es entonces porque por muchísimo tiempo lo has estado haciendo de forma inconsciente, por eso quizás has cosechado cosas de poco gusto o experiencias poco deseadas en tu vida, o puede también que esa sea la causa por la cual muchos creen que sus oraciones no reciben respuestas, porque al hacerlo lo hacen desde el sentimiento de carencia de lo que desean y no desde el sentimiento de ser o tener lo deseado. Cada vez que entramos en el sentimiento o asumimos algo como cierto estamos orando, poco importa si eso es bueno o malo para ti, solo importa que lo aceptes como verdadero y será cuestión de tiempo para que lo puedas palpar con tus cinco sentidos. Es el poder que todos llevamos dentro, por eso mi insistencia con todos mis participantes de estar en constante vigilia, estar en guardia para poner atención a las conversaciones que entablan con otros, a las palabras que se dicen como decretos y a los sentimientos que dejamos florecer en nuestro ser interno pues todo eso determina lo que pensarás, sentirás, dirás y harás cada vez que tengas un deseo, eso que cargas dentro se convierte entonces en la profecía, por así decirlo, de lo que llegarás a experimentar en carne propia. Para muchos es muy fácil desear y aceptar pero para otros es un tremendo lío aceptar lo que desean pues sus creencias contradicen lo que quieren. Y, cómo sabemos que sus creencias no están alineadas con lo que buscan? Eso se nota en lo que pensamos, nos decimos a nosotros mismos, lo que decimos en voz alta y más importante aún lo que sentimos cuando tenemos un deseo, sea cual sea en cualquier ámbito de tu vida. Te puedo asegurar cómo las creencias limitantes de muchas personas les hacen imaginar un sin fin de obstáculos inmediatamente conciben un deseo en su conciencia, lo cual los predispone, posponiendo sus ideas o tomando acciones completamente opuestas a lo que deberían hacer para alcanzar sus deseos. Como resultado nunca se consigue lo deseado y se termina acudiendo a los rezos como una manera de buscar respuestas o soluciones a lo que quisiéramos cambiar o como obligación con un poder ajeno a nosotros mismos. Debes recordar que esta realidad es un espejo de tu realidad interna y que mientras en tu ser interno no exista la convicción sobre lo que quieres nunca por ende será una realidad en tu mundo objetivo. Esa convicción es el convencimiento sin la menor duda de que lo que esperas llegará, solo esperas la llegada no esperas impaciente en el cómo y cuándo llegará, piensa en el día de la semana en que estás, ya sabes entonces qué día es mañana sin lugar a dudas, así es pues con un deseo u objetivo en tu vida, sabes sin lugar a duda que así será, poco importa para tu mente inquieta y dudosa el cómo y el cuándo pues no hay nada más grande que Dios. Otra vez te recuerdo que lo único que estamos haciendo mal es que estamos desperdiciando ese poder de forma inconsciente para crear más y más malestar en este mundo, solo debemos detener el bullicio mental causante del estrés y la ansiedad, debemos enfocarnos en lo bueno, pensar, sentir, hablar y hacer solo lo bueno para nosotros mismos y para los que nos rodean, que todo eso bueno esté alineado con lo que verdaderamente deseamos. Apartarnos de las noticias, chismes, críticas, quejas, excusas, envidias, egos y temores que son el pan de cada día de muchas personas y usar ese tiempo para meditar y “estar ahí” en donde están tus deseos, la meditación es una vía directa y rápida para estar en y sentir tu deseo, solo debes aquietar tu mente, apartarla de este mundo y imaginar que estás ahí con lo que tanto quieres, deja rodar tu imaginación y disfruta todo lo que ves y sientes mientras lo haces, y ese poder que opera en lo secreto te recompensará en público, Mateo 6:6. En otra ocasión hablaremos del poder de “estar ahí”.
Participar de un rezo, actividad religiosa o servicio dominical dirigido a una creencia específica y condicionada sobre un Dios, lo hacemos a menudo y muchas veces por costumbre, tradición, obligación, culpa o simplemente una necesidad ausente de verdadera fe, y es parte del actuar de miles de personas, aunque no tengan la más mínima idea de la Ley del verdadero Dios. Pero algo completamente diferente es armonizar y expresar éxito y felicidad mediante el pensamiento y sentimiento conscientemente creado. Cada vez que armonizas lo que quieres con lo que crees estás situandote en el reino de los cielos, el reino de las buenas ideas y creencias poderosas. Recuerda que ese reino no necesita en lo absoluto de la asistencia o condición de lo que llamamos lógica y realidad. Hacerlo conscientemente es orar igual que lo hace Cristo. Las ideas de prosperidad, salud, abundancia, amor, son las bases de todo cuanto puedas imaginar y sentir para ti al igual que para todos los demás. No debes dejar de lado la regla de oro: “no sientas que le hacen a otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti, y, no sientas que te hacen a ti lo que tu no le harías a otro” Partiendo de ahí puedes crear mediante la imaginación todo cuanto desees y sentirlo tuyo, después agradecer a Dios por haber respondido a tu oración, eso es orar tan simple como ordenar algo desde tu casa. El desafío yace en que ordenar desde casa es algo común que casi nunca falla, pero orar mediante el acto imaginario es completamente desconocido para la mayoría de personas pues no hemos sido educados e instruidos en cómo hacerlo conscientemente pues aunque no lo sepamos siempre lo hemos hecho inconscientemente, ahí está la diferencia, difícil de asimilar para muchas personas, aunque eso no interfiere en lo absoluto con que este tipo de órdenes son las más efectivas y las que NUNCA fallan. Constantemente estás ordenando en la frecuencia universal, estás siempre situando tu energía ya sea en el bienestar o malestar, otra vez te repito, puede que la mayoría de veces no te das cuenta y llegas a imaginar y sentir todo cuanto caiga a tus oídos creando impresiones en tu ser interno que un día serán expresiones reales y palpantes! Todo el tiempo lo estás haciendo, absolutamente todo el tiempo, de ahí que al ser inconscientes de ello nos preguntamos también con asombro y desconocimiento el porqué de muchas cosas que nos suceden, sin saber que nosotros mismos de alguna manera oramos para que sucedieran, cuando? Como? Pues cada vez que dejaste entrar en tu interior cosas desagradables y las alimentaste con el constante pensamiento y temor de que te fueran a pasar. Y aunque puedas negar que esa fuera tu intención, debes saber que temer algo es tomado como un acto desde eso que temes, o sea el temor crea un sin fin de pensamientos y emociones que te hacen situarte en la realidad de eso que temes.
Un ejemplo, si una persona teme a un despido de trabajo y deja entrar esa idea hasta el punto que otras ideas van creando más pensamientos y emociones negativas - cómo pagaré la renta, cómo llegaré al fin de mes, cómo tendré dinero, etc- todas esas ideas van dejando impresiones en tu mente subconsciente hasta el punto que se vive como si si eso fuera ya una realidad, llega la ansiedad, la desesperación, el temor, el estrés, y la persona inevitablemente recibe todo lo que anteriormente dejo que impresionara su interior para que luego fuese expresado en esto que llamamos realidad. Y aunque sea desconocido para esa persona si su despido era para bien, toda la energía que carga al dejar que el sentimiento negativo la invadiera, se convierte en energía que inevitablemente la condiciona a sentirse cada vez más mal por lo sucedido y le hace incapaz de confiar en Dios para recibir algo mucho mejor que su antiguo empleo, es impotente ante la idea de crear una impresión tal que se vea y se sienta en un nuevo empleo ganando el triple de lo que ganaba antes. Más bien la sitúa en el polo opuesto, imaginando que la vida es difícil y que los empleos buenos no son para ella y que probablemente así sucederá en su próximo estresante puesto laboral, y sabes que? Tendrá toda la razón pues esa es su oración que definitivamente cree con todas sus fuerzas, entiendes?
Te puedo asegurar amigo que la oración consciente está cargada de amor, y, la oración inconsciente está cargada de temor. El amor te hace sentir seguro, optimista, en paz y con la completa certeza de que todo lo bueno siempre llega, a su debido tiempo y de manera perfecta, sin que importe en lo más mínimo la realidad de los cinco sentidos. Juan 8:23, “ Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo”. Esa frase encierra un significado del cual millones de personas están ausentes. Los cinco sentidos te tienden una realidad a la cual crees no poder escapar, y vives anclado y esclavo de todo cuanto ves y oyes, y al que deberíamos ver y escuchar lo tenemos siempre en un segundo plano, para cuando sea la segunda opción, sin darnos cuenta irónicamente que de él es de quien provienen todas las cosas, qué clase de creyentes proclaman saber de fe? Cuando en realidad desconocen el uso consciente y su origen verdadero.
Pues bien querido lector ojalá tomes unos minutos y medites si estás orando en todo momento de forma consciente y dirigido a todo lo bueno que Dios tiene para ti y para todos los que te rodean, usa tu imaginación y sentimientos para ver y creer lo que deseas. Cualquier duda o comentario a agregar por favor compartelo. Y si deseas saber más sobre la aplicación de este tema en tu vida, aqui me puedes contactar.
Tu mentor, Noel.

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