Uno de los consejos más sabios que he recibido y a la vez transmitido, es confiar en la intuición, o lo que muchos popularmente llamamos corazonadas. De dónde vienen esas corazonadas? … Parece muy bonito e interesante hablar con las personas sobre la intuición, capta la atención de todos aquellos a quienes propones hablar del poder intuitivo que se genera en cada latido de nuestro corazón. Trae un enfoque bastante meditativo, por así decirlo. Fácilmente las personas cambian de humor y hasta alcanzan un cierto nivel de relajación cuando abren sus mentes a una conversación que explica, demuestra y comprueba el poder de la intuición, la cual nunca pero nunca falla, pues esta intuición es el reflejo de la sabiduría, el verdadero poder clarividente que reside dentro de cada uno de nosotros, ver más allá de las apariencias, observar la causa y no el efecto, anticipar un resultado o experiencia antes que acontezca con tan solo saber escuchar al corazón, te parece bonito, verdad? Pues creeme que no tiene nada de fantasía ni ficción. Para eso tenemos un gran mecanismo de sentimientos y emociones, que si los sabemos gestionar desde una indiferencia absoluta, podremos ser cada vez más intuitivos, cada vez más selectivos entre cuales sentimientos que decidimos “sembrar” en verdad nos advierten o acercan al resultado que deseamos, y cuáles no, para así saber decidir en pos de ese deseo. De lo antes dicho hasta lograr ser lo suficientemente valientes para seguir una corazonada existe un enorme trecho.
Recordemos que la parte humana que nuestro espíritu ha poseído para existir en esta realidad, tiende a interponerse para ejercer una cortina de ideas y parámetros demasiados limitados para todo lo poderoso que tu espíritu es capaz de destruir y crear. Desde muy pequeños comenzamos a abandonar el poder espiritual para sumergirnos en el lodo de la lo que llamamos realidad, ideas, costumbres, creencias limitantes y falsas, creencias religiosas y sociales, llevan al ser humano a depender de más de lo mismo, a depender de ideologías falsas, de preocupaciones, luchas, sacrificios, críticas, quejas, enfermedades, carencias, en fin todos esos malestares que en algún momento le dimos tanta atención y credibilidad que llegaron a manifestar su poder sobre nuestra parte humana. Y, aunque nuestro espíritu sea infinitamente más poderoso y omnipotente, de alguna manera nuestra libertad de elección permite que podamos escoger en cual estado ponemos nuestra energía, ya sea en el bienestar o en el malestar, debemos evolucionar en cada experiencia y para ello debemos decidir libremente. Más el detalle clave está en hacerlo conscientemente, de lo contrario lo hacemos desde la inconsciencia, desde la indisciplina. Así de forma inconsciente esa atención termina dominando nuestro ser interno a tal punto de hacerlo esclavo de esas ideas o interpretaciones negativas o limitantes, que tenemos de nosotros mismos, de los demás y del mundo en general. Haciéndole creer que debemos ser realistas, que eso que está pasando es un inminente peligro, amenaza o problema. Así fácilmente las personas de mente indisciplinada bajo esa inconsciencia se declaran creyentes, afirman conocer a Dios, seguir sus caminos, conocer su voluntad, quedarse en la situación en que están por creer que es obediencia divina. Y, ¿Dónde queda la fe que dicen tener? ¿Dónde queda el llamado de Jesucristo de hacer la voluntad del Padre Celestial? Están atentos a la actitud que mantienen por las cosas no visibles?. Esas cosas relacionadas con los deseos más profundos. O, acaso ni siquiera han despertado al verdadero significado de tener fe y hacer la voluntad del Padre?. Unos de los mensajes más importantes de Jesucristo es tener fe, cerrar la puerta al temor, así de simple. Esas corazonadas llegan y son escuchadas por aquellas mentes que saben tener fe y guardar una actitud de regocijo, paz y alegría por las cosas no vistas. Pues, esa es la manera de Dios comunicarse con nosotros, para una mente realista le parecería insignificante seguir una intuición que a su vez es rechazada por sus cinco sentidos, los cinco sentidos son tan insignificantes en este tema como lo es tu cuerpo carnal para tu espíritu inmortal. Pues quien verdaderamente está en la experiencia es tu espíritu, no tu cuerpo, tu cuerpo es de este mundo. Por ende tu espíritu debería ser guiado por esos impulsos intuitivos que provienen de su propia naturaleza, naturaleza divina, no de la realidad objetiva, la realidad objetiva no puede alcanzar el nivel espiritual, eso está bien claro.
Todos somos seres intuitivos, algunos más que otros, pero todos lo somos. La diferencia está entre la disciplina de una mente a otra, y esa disciplina a su vez depende en gran parte de las creencias que desde afuera han recibido la acogida para que se conviertan en la base de la conciencia, de ahí la tendencia de la mente a seguir única y exclusivamente lo que sus cinco sentidos dicten, pues así de limitantes son esas creencias. Para este tipo de mente detectar y seguir una intuición es muy difícil, son esas personas que necesitan una “señal en el cielo” para creer, se hacen de la idea que Dios solo se comunica con personas demasiado especiales, que eso que llaman santidad no es para todos, que se debe acudir a lugares “santos” para experimentar y obtener algo que imploran a Dios. Esas creencias en su mayoría impiden que nuestra mente esté atenta a ”escuchar” las señales que Dios va poniendo en nuestro camino, señales simples e insignificantes para los que carecen de la fe verdadera. Dios está en constante comunicación con todos nosotros, mediante sentimientos y corazonadas nos habla para mostrarnos o advertirnos sobre el camino que debemos seguir hacia eso que deseamos, esto puede llegar de la forma más simple, un mensaje de un amigo, un verso en un libro, una idea creativa, un deseo, un ofrecimiento o propuesta, tener un pensamiento sobre algo o alguien de forma repentina. El mensaje de Dios es simple, pero se requiere de mucha valentía y decisión para dejarse guiar por esa simpleza, y en muchas veces se requiere también de mucha entrega y perseverancia para seguir los objetivos definidos. Entrega para saber a qué decir si y a que decir no, y perseverancia para nunca soltarse de la fe, la cual es mantener la actitud de alegría y éxito pase lo que en ciertos momentos pudiera pasar. Espero entiendas.
Bien se ha dicho que la práctica hace al maestro, de igual modo poner en práctica el uso de esta poderosa guía Divina te lleva a ser más sabio e intuitivo, hasta el punto que sabrás escoger entre cientos la decisión correcta en cada desafío, sin dudar un instante. Confiando y siguiendo únicamente tu poder interno, la sabiduría de tu corazón, ni a nadie ni a nada más, de lo cual pareciera carecer la mayoría de personas.
Sucede que muchas veces nos preguntamos, cómo sé que esto es una corazonada de la intuición y no un impulso de mis sentidos? Es una pregunta que mis estudiantes tienen en este tema, yo mismo me hago esa pregunta, todos deberíamos hacernos esa pregunta. Puede ser y sucede muchas veces que un impulso de tus sentidos se confunde con una corazonada, voy a darte un ejemplo sencillo: me acuerdo de una vez en que una estudiante compartió una experiencia que recién había tenido y en la cual ella misma pudo experimentar ambas situaciones. En su clase de historia les pidieron a los estudiantes leer un libro para una prueba de dicha materia, tenían tres meses para leer ese libro, era un enorme y aburrido libro decía sonriendo, o al menos ese era el rumor o creencia entre los estudiantes acerca de ese libro. Saliendo de la clase mientras se dirigía a la cafetería, hablando con su amiga esta recordó que su hermano mayor tenía una copia bastante resumida de ese libro, él nunca leyó el libro pero la copia le ayudó de mucho pues 850 páginas resumidas a 120 era un ofrecimiento difícil de rechazar. Su amiga quedó en conseguir esa copia y así se ahorrarían dos semanas de lecturas aburridas. Por un momento esta chica se sintió “aliviada” y veía en esa nueva opción la salida a algo que a principios parecía ser un esfuerzo el cual muchos, si es que no la mayoría, de estudiantes no querían realizar. Lo que experimenta a continuación es la señal, aunque ignorada por muchos, que en todas las decisiones que puedas tomar solo hay una que es la acertada. Ella me cuenta que camino a su casa no podía parar de pensar que al siguiente día su amiga quizás le mostraría un resumen bien corto de aquel libro, pero que a su vez entre más pensaba en todo aquello de ahorrarse tiempo en leer y horas de tarea, más se acentuaba un malestar estomacal que le quitó hasta el apetito. El resto de ese día siguió con un poco de ese mal sentimiento. No fue sino hasta antes de dormir, estando acostada que un pensamiento le advirtió que algo no estaba bien. Insisto mucho entre mis estudiantes la importancia de repasar los eventos del día antes de entrar en el sueño profundo, crear eventos alegres y de gozo en lugar de algunos que no fueron tan alegres, y fue ahí en ese repaso de eventos cuando ella recordó una y otra vez, el momento en que su amiga le ofrecía una alternativa para evadir dos semanas de lectura “aburrida”, y al pensarlo se sentía ansiosa e incómoda, se dio cuenta que de ahí provenía su malestar estomacal, cómo podía ser esto posible?, se decía. Entonces se sentó en su cama y se preguntó a sí misma: qué otra opción tengo? Después de hacerse esta pregunta relajo su cuerpo y entregó el problema a Dios, su mente quedó en blanco por unos segundos, luego me cuenta que una imagen vino a su mente: ella veía aquel enorme libro sosteniéndolo entre sus manos y no estaba abierto estaba cerrado, más terminó diciendo que al visualizar esa imagen sintió una paz y una tranquilidad difícil de explicar. Ahí había encontrado la respuesta divina a la decisión correcta, el libro cerrado entres sus manos generando un sentimiento de paz y tranquilidad, eran el simbolismo de lo que sucedería una vez que leyera todo ese libro y realizará la prueba de historia. Está de más decir que esta chica junto a otros tres alumnos de un grupo de veintitrés alcanzaron la nota necesaria para no repetir esa prueba de historia.
Muchas veces tenemos salidas fáciles a los desafíos, nos impulsa la tendencia a lo fácil ignorando por completo que solo existe una decisión acertada, y además también ignorando que lo fácil es también lo más “barato” en la vida, nos dejamos llevar en la mayoría de circunstancias por lo primero que lo externo nos ofrece, pues el radar de nuestros cinco sentidos está buscando siempre lo cómodo, lo que tiene apariencia de solución sin complicaciones. Lo podemos observar a diario, en toda esquina hay una salida fácil a todo malestar. Por medio de anuncios, noticias y propaganda en todos los medios nos hacen cada vez más inconscientes del poder que llevamos dentro. Corremos de un lugar a otro probando de esto y aquello sin conseguir los resultados que deseamos, sin darnos cuenta que dentro de nosotros ha estado y estará la respuesta a todo lo que deberíamos decidir y hacer conforme a lo que deseamos. Pues bien, si estamos atentos siempre recibiremos una señal del Poder Divino para acertar en lo que nos acerca a la manifestación de lo que deseamos. Muchas de estás señales pasan desapercibidas por aquellas mentes indisciplinadas, pues estás mentes están en la realidad objetiva, no pueden detectar y sentir más allá de esas apariencias, no porque no sean capaces, sino porque no se les ha ordenado que lo hagan. En el caso de esta estudiante, ella venía trabajando y poniendo mucha atención en sus sentimientos, es mi objetivo en mis programas que todos los participantes estén atentos el mayor tiempo posible a como se sienten, detecten y hagan la pausa cuando un sentimiento no deseado amenaza con apoderarse de la paz y el gozo interno.
Si tan solo lográramos acertar con el simbolismo de las sagradas escrituras, entonces tendríamos un entendimiento más amplio y más claro de lo que el poder de Dios es capaz de hacer en nosotros, y lo más importante: cómo saber confiar en ese poder. Miles y miles de personas dicen creer y tener fe, pero sus decisiones y actos dicen todo lo contrario. En estas escrituras puedes encontrar innumerables citas en donde somos llamados a confiar incondicionalmente en la guía divina en todo momento y para cualquier situación.
Deuteronomio 31:6,- Sé fuerte y valiente, no temas, ni tengas miedo de ellos; porque Jehová tu Dios, él es el que va contigo; no te fallará ni te abandonará.
Salmo 16:1: -Presérvame, oh Dios: porque en ti pongo mi confianza.
Quizás las escuchamos al igual que otras cientos de veces, creemos relacionarlas con algún tipo de credo religioso o mandato de alguna religión, dirigidas a un poder o ser completamente ajeno y lejos de nosotros mismos, no se que tanto sean interpretadas bien o mal. Lo que sí puedo decirte es que el conocimiento o la ignorancia al aplicar estos mensajes en tu ser interno, es el causante del bienestar o el malestar. He querido mencionar lo anterior pues una mente disciplinada e intuitiva sabe que Dios tiene planes y formas de manifestar que nos son completamente desconocidas, nuestro trabajo no es saber los planes ni entender a Dios, nuestro trabajo es decidir y confiar en él para todo lo que deseamos. Por tanto, con confiar en Dios es suficiente. Seguir nuestro instinto divino, así me gusta llamar a la intuición, es toda la entrega y la ofrenda más grande que podemos dar a ese poder. Lleva trabajo y práctica, mucha práctica, he visto como personas de primera si pensarlo dicen creer y confiar en Dios, pero en cuanto las tormentas asoman y los vientos son fuertes, esa creencia y esa confianza ya ha desaparecido, y terminan hundiéndose en el mar del miedo y la duda. Repiten este ciclo de comportamiento por toda una vida. Siguen declarándose creyentes y con fe, pero su actitud interna es la de aquel viajero que ha perdido la brújula de su destino. La mente se vuelve un drama de contradicciones y falsas creencias que lleva al individuo al estado inconsciente, en donde piensa, siente, dice y actúa bajo el dominio de sus cinco sentidos, en donde solo creen lo que ven, sea bueno o malo eso creen, y así actúan conforme a esa interpretación.
La intuición va mucho más allá de las apariencias o efectos de las mentes indisciplinadas. Por decirlo de alguna forma la intuición es inmune y vuela por encima de todo obstáculo o desafío logrando ver y discernir más allá de la oscuridad la respuesta o solución correcta. No mide el tiempo ni el espacio, más nunca falla y es oportuna en revelar lo que se desea saber en el momento justo y preciso. A todos nos ha pasado, más entre preocupaciones y prisas se nos va sin darnos cuenta. Si tan solo tomaras una de esas experiencias en que en el momento preciso sentiste una de esas corazonadas, o cuando parecía que no podrías encontrar una solución, algo de repente cambió dando lugar a una inesperada salida, entonces poco a poco tu enfoque interno estaría más atento a las soluciones que a los obstáculos en sí, esto ha hecho la gran diferencia entre los exitosos y los que no logran completar sus objetivos. Pero, te repito, se debe ser decidido y perseverante en lo que se desea, pues de lo contrario los deseos y planes cambian de un día a otro sin tener un rumbo fijo a largo plazo. No podrías tomar un taxi y en cada señal de alto dar una dirección diferente, terminan por dejarte en la mitad del camino.
Otra de las preguntas es ¿cuánto deberíamos esperar para recibir una guía intuitiva? Debo decirte que cada uno estamos vibrando en un nivel o frecuencia diferente, no somos iguales, no percibimos ni emitimos energía a un mismo nivel todos por igual. Por ende, la práctica es fundamental en este evolucionar. En cuanto al tiempo no debes desesperarte ni entrar en impaciencia. Eclesiastés 8:6, - Porque para cada deleite hay un tiempo y un modo, aunque la aflicción del hombre sea mucha sobre él-.
La impaciencia y la prisa son malestares de este mundo, no se pueden conjugar con lo divino, muchas veces escucho a personas decir que están pasando una prueba muy difícil, pues necesitan una señal o algo que desean y no llega. Dios no pone pruebas a nadie, somos nosotros mismos al caer en la inconsciencia, que adoptamos pensamientos y sentimientos, que operan en contra de la buena siembra, terminan siendo la maleza que estropea el tiempo de cosecha. Entonces, en cuanto al tiempo de espera debes saber que Dios nunca llega tarde, siempre avisa y se manifiesta en el momento oportuno, pero necesita de ti, necesita que seas el reflejo de ese poder, el reflejo de Dios en ti es la confianza que tienes hacia él, tu actitud por las cosas hasta ahora no vistas. Con esa actitud eliminas el sentimiento de espera, te sitúas en la puerta de lo que deseas saber o ser. Romanos 8:31, -¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
¿Cuántas de tus decisiones están fundamentadas en la confianza que todo se dará de acuerdo a su voluntad Divina, en el momento y de forma perfecta?
La persona que actúa confiada en la inteligencia Divina sabe muy bien que no hay respuestas tardías ni peticiones que no sean respondidas, sólo sabe lo que sabe, que Dios le guiará entre senderos desconocidos, que es su único refugio y su única salvación, que eso que desea ya se le ha sido dado y su actitud es de agradecimiento, gozo y alegría. Cuando necesita una señal espera pacientemente, medita, visualiza y observa indiferente los cambios en su cuerpo y entorno, notando con claridad si debe o no proseguir de esa forma. Esto es apartarse por un momento de los desafíos, mientras llega la señal de lo que se debe decidir.
Puedes recitar el Salmo 23 cuando debas decidir algo importante y busques la guía Divina.
Salmo 23, El señor es mi pastor nada me faltara, el me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas, me guía por el recto sendero por amor de su nombre, aunque cruce por oscuras quebradas no temeré ningún mal porque tú estás conmigo, tu vara y tu bastón me infunden confianza, tú preparas ante una mesa frente a mis enemigos, unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa, tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida y habitaré en la casa del señor por muy largo tiempo.
Recuerda que pasos importantes llevan a resultados importantes, decidir quién deseas ser, perseverar en esa decisión, reiterar mediante declaraciones y acciones tu confianza en Dios a lo largo del día, comportarte en tus actitudes internas como si ya fueras esa persona que deseas ser. Buscar en ti el instinto Divino cuando debas tomar una decisión importante, medita por un momento en la decisión que crees debes tomar y espera …, qué sientes? ¿Bienestar? Entonces vas a decidir bien, o, sientes malestar? Entonces debes considerar otras opciones, práctica y práctica, comienza con cosas simples y avanza hasta llegar a ser guiado en todo momento por ese instinto. Perseverar es bien simple, es no rendirse, controla tu ritmo pero avanzando siempre hacia adelante, es mucho más caro y costoso rendirse. Recuerda que la mayoría de personas al final de sus vidas no se arrepienten tanto de lo que hicieron mal, sino de lo que nunca intentaron o no pusieron suficiente perseverancia en hacer.
Amigo lector, hacer de la intuición tu guía te traerá la clarividencia, la capacidad de diferenciar no por las apariencias sino por las causas detrás de todo lo que sucede, para así poder tomar decisiones que traigan armonía a tu existencia y a los que te rodean. Todo lo que deseas, todo lo que anhelas ser y tener es ya un regalo de Dios para ti, él necesita saber si lo aceptas, la única forma que le puedes mostrar tu aceptación a ese deseo es tener la actitud de confianza y agradecimiento en todo momento, pase lo que pase. Este instinto Divino todo lo sabe, todo lo puede, más necesita que tú des la orden sobre tu deseo, necesita que te arriesgues a sentir y a intuir como si ya fueses lo que deseas ser. Mantén la certeza que él responde a tus sentimientos, siente lo que deseas ya mismo en completa confianza y él te guiará de acuerdo a su voluntad y de la manera más simple y perfecta. Prepárate al comienzo de cada día declarando tu completa confianza y seguridad en la inteligencia Divina.
“Oh Inteligencia Infinita guíame hacia el bien, en tus senderos están mis intenciones para todo lo que deseo, desde ahí tú me guías en cada paso, mantén mi atención siempre dirigida hacia todo lo bueno que tu has creado, que pueda decidir conforme a tu voluntad y no la mía, en tus manos deposito mi existencia, gracias Padre que me has escuchado”
Tu mentor, Noel.
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