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Cuida tus Creencias

Hace más de diez años llegó a mi el interés de formarme como mentor personal y espiritual para adolescentes y jóvenes adultos. Había enseñado religión por muchos años y había algo que no me hacía sentir del todo bien, inclusive muchas preguntas importantes no tenían ni tienen respuestas en los credos religiosos, sentía que pasar esa condición de pensamiento a los jóvenes no estaba bien. Pues enseñar algo que no tiene respuestas correctas sobre la verdad no es enseñar. Sucedió que en una ocasión estudiando sobre la glándula pineal, encontré un video muy interesante en youtube, quien publicaba ese video se convertiría en mi mentor e inspiración para abrir las puertas a una perspectiva diferente a lo que hasta ese momento sostenía como idea de quiénes somos. Hasta ese momento no había tratado ni me había interesado por las mentorías personales ni espirituales, mi idea de espiritualidad era bastante errónea comparada a lo muy poco que en estos años he aprendido, más debo decir que esa vieja idea de Dios y espíritu me llevó a una larga búsqueda de respuestas a interrogantes que yo consideraba muy importantes en relación con las experiencias vividas. Quizás para la gran mayoría estás interrogantes pasan inadvertidas y en poco o nada agitan su ser interno, quizás muchos otros asisten a cultos o asambleas religiosas y aunque no comprenden a cabalidad, o no encuentran las respuestas correctas, se conforman con eso y siguen de todas maneras, pues nos hemos acostumbrado a actuar en colectivismo, desde épocas primitivas el hombre se ha ido amoldando, por alguna razón, al comportamiento y necesidad de pertenecer o estar unido a algún grupo. No podría decir que tan bueno o malo sea eso, más sí puedo decir que la mayoría de nuestras creencias las hemos adoptado de esos grupos al cual pertenecemos. La familia, la religión, la educación, la política, la sociedad, y hasta nuestro entorno de amistades forman grupos al cual en algún momento estamos o estuvimos unidos, y puede que muchas de nuestras creencias actuales fueron adoptadas de forma inconsciente cuando nos relacionamos con unos y otros.

Cuando me decidí a trabajar con un mentor y al ir creciendo mi inspiración y motivación para ser uno de ellos, me fui dando cuenta de la importancia de nuestras creencias. Las cuales hasta ese momento pasaban inadvertidas por la puerta de mi conciencia alojandose en lo más profundo de mi conciencia -subconsciente-, creando una impresión para luego producir su semejanza en una expresión. Al reflexionar sobre esto pude poco a poco cambiar por completo mi forma de ver las cosas, para dirigir mi atención a observar las creencias que sostiene cada experiencia que vivimos, lo cual era antes algo en lo cual nunca pensaba, pues la mayoría de las personas pasan toda su vida dando más crédito al producto que a quien lo produce. No sé cuántas veces dije “yo creo” en las asambleas religiosas a las cuales asistí, miles de veces decimos: -”señor yo creo”.. Ahora puedo asegurar que en mi caso, y quizás sea el caso de muchas personas, no sabía a fondo la definición y poder de una creencia, ignoraba por completo que todos somos llamados a creer como el personaje central de los evangelios lo hace, y no ha creer en él como alguien que existió o existe externamente a mi, y ahí fue donde todo cambió para mi. Ni mucho menos a creer que ese personaje cuando decía creer en el padre se estaba refiriendo a un ser poderosos ajeno y lejano de lo que en espíritu somos, esa es la idea errónea cautivada y que debe ser aceptada para pertenecer a muchos de estos grupos. Me di cuenta que ese “yo creo” era el “yo creo” de quienes no sabían exactamente en lo que verdaderamente creían. Eso es creer en todo menos en la verdad.

No puedo decir que al día de hoy me es un arte dominante manejar creencias para manifestar los deseos, pues es casi como aprender a tocar un instrumento, lleva tiempo, mucho tiempo y paciencia pues al principio se comenten errores pero poco a poco la luz perfora más y más adentro en la oscuridad. Sí puedo afirmar que cada decisión, logro, acontecimiento o experiencia vivida es producto de nuestras creencias, lo sepamos o no.

Cuando analizo creencias con cada uno de mis estudiantes, nos damos cuenta que en su gran mayoría sostienen creencias que no solamente desconocen por completo, (al no saber qué es una creencia), sino que además limita y detiene el fruto de lo que realmente desean. La forma de pensar, sentir, expresarse y actuar dice mucho de lo que sostienes como cierto de ti, de algo o de alguien. Muchas veces no sabemos qué es lo que hemos llegado a asumir como cierto de nosotros mismos, del mundo o de los demás. Los resultados siempre revelan nuestras creencias y no lo que deseamos, más muchas veces no somos capaces de captar esa revelación, llegamos a la conclusión de que es culpa o gracia de otros. En lo más profundo de nuestro consciente yace la causa o creencia de eso que no podemos asimilar. Nos limitamos a tratar de explicar con nuestros cinco sentidos lo que no tiene causa en este mundo realista, de esa forma somos un hámster corriendo en la rueda, nos envolvemos en el adormecimiento grupal que se excusa con ser realista.

Cuando la persona está lista para abrir y explorar su ser interno, se da cuenta de muchas cosas que pueden traer diferentes emociones, lo cual se debe tratar con serenidad, más al ir trabajando de forma consciente los pensamientos que debemos mantener, creencias y sentimientos, se va siendo más selectivo y poco a poco se consigue la armonía necesaria para dirigir nuestra energía hacia todo lo que trae gozo, paz, crecimiento y alegría a nuestra existencia y la de los que nos rodean. Consiguiendo así la actitud espiritual correcta para esa conversión que pretendemos no solo a nivel espiritual, sino también en este plano físico evolutivo de cada área de nuestra vida.

Dirigir la energía de forma armoniosa hacia lo que verdaderamente deseamos es mantener la actitud de gozo, paz y tranquilidad como si ya se hubiese recibido lo deseado, ese sentimiento presente crea inmediatamente la creencia de que así es, de que es ya un posible realizado, la creencia florece internamente como un sentimiento y este a su vez expresa objetivamente lo que se cree. De ahí mi importancia de revisar el cómo te sientes a lo largo del día referente a lo que deseas ser, eso indica si tu creencia en lo deseado, o sea tu sentimiento hacia lo que deseas, está alineado con ese logro, o, por el contrario ese sentimiento genera malestar y duda, si es así entonces antes que cualquier cosa debes cambiar esa actitud interna y adoptar la sensación de ser lo que deseas ser y pensar desde esa postura, en otras palabras se necesita cambiar creencias. Eso es un trabajo interno no requiere ninguna acción externa.

Para muchas personas es desconocido que la creencia y el sentimiento van de la mano, puesto que somos entrenados para no ser selectivos en lo que creemos, de esa misma forma dentro de nosotros la mayoría de las veces no sabemos escoger lo que pensamos y sentimos, o no nos damos cuenta que tan beneficioso es lo que pensamos y sentimos, lo cual es exponernos peligrosamente a lo indeseado sin darnos cuenta, llegando a asumir como cierto cosas o situaciones sobre nosotros mismos y los demás que no son para nada beneficiosas en relación con lo que verdaderamente deseamos. Por tanto, miles y miles de experiencias acontecidas son novedad y ocupan las primeras páginas de todo noticiero, farándula y entretenimiento, pues no sólo llaman la atención sino que lo hacen debido a que estamos completamente desconectados de la causa, y eso es alimento para las mentes realistas. De esta manera nuestras reacciones inconscientes, generan de forma inmediata un sentimiento aleatorio con eso que nos impacta, lo cual repite el círculo de pensar, sentir y crear con igual similitud a eso que dejamos entrar, seamos conscientes o no de ello.

Para ilustrarlo de una forma más clara, en una charla con un grupo de jóvenes, al tratar de explicar lo anteriormente dicho, se hacía confuso asimilar ese proceso de ser selectivo al pensar, sentir y crear sin darnos cuenta, era tema nuevo para ellos. Una estudiante me pidió un ejemplo claro, pues bien pensé por un momento y les dije: Imagina que necesitas zapatos para un baile de graduación que vayan con tu elegante vestido, decides ir a cualquier zapatería y al entrar tomas la primera caja de zapatillas que encuentras, no la abres, no los miras, no los pruebas, solo tomas, pagas y te vas a tu casa, en tu casa al abrir la caja las zapatillas no te gustan, no son tu número, y no tienes ahora que ponerte para el baile. ¿Qué haces? ¿Te enfadas con el dueño de la zapatería? ¿Culpas a quien confeccionó el par de zapatillas? ¿Culpas a quien te cobro por el par de zapatos? Terminas generando un sin número de pensamientos y sentimientos tratando de justificar lo víctima que has sido por el mal actuar de otros, llegas a ser noticia de lástima e injusticia en tu familia y en tu barrio pues es increíble que te haya pasado a ti, verdad?... todos los estudiantes expresaron una gran sonrisa y decían: bueno, quién haría tal ocurrencia?.. Al observar mi seriedad mantuvieron un gran silencio, en ese momento se dieron cuenta que la mayoría de elecciones que nuestra mente realiza lo hace como una chica mal entrenada en seleccionar las zapatillas que verdaderamente desea llevar puestas.

No es un trabajo externo, es un trabajo interno el seleccionar lo que pensamos y sentimos. No se trata de controlar pensamientos, no podemos verlo de esa forma, pues por experiencia propia puedo decirte que controlar pensamientos es además de imposible, ineficiente, pues lo que realmente se necesita es controlar la creación de pensamientos que se identifiquen con lo que deseamos y quitar la atención de aquellos que se identifican con lo que no deseamos. Puedes y debes controlar lo que emites, siempre y cuando estés atento. Tu no puedes controlar las personas que pudieran tocar a tu puerta cuando estás albergando una gran fiesta, pero sí puedes controlar las invitaciones que mandas a quienes deseas que asistan a tu fiesta. A quien abrirás la puerta es tu decisión. ¿Abrirías la puerta a invitados indeseados, que pretenden quedarse contigo para siempre? Ahí sí que no lo harías, pues para ese tipo de amenaza si nos han entrenado. Más para detectar los invitados indeseados que amenazan nuestra conciencia no hay entrenamiento al alcance de todos. Eso es precisamente lo que debemos mantener en vigilia continuamente, a quien recibimos y a quien negamos la entrada en nuestra conciencia.

Si la entrada está sin quien la vigile, entonces probablemente cada quien se acerque entrará y dejará una impresión ahí dentro. Esa impresión se exterioriza en experiencias. Causa y efecto fielmente sirviendo a la conciencia humana.

Pues bien, todo esto que percibimos y asumimos como cierto ( permitimos su entrada) va formando el conjunto de creencias que dirigen el rumbo de cada vida. En otro episodio hablaba de lo que catalogamos bueno o malo ante los ojos de Dios, ese Dios de ciertas creencias, pues de acuerdo a estos credos la definición de lo que es bueno o malo ante ese Dios ya está definido y de esa manera se comportan quienes creen en ellos. Para quien conoce la verdad, sabe la importancia que es tener siempre presente que ese poder es impersonal y no favorece en nada pensar que es selectivo. Pues para él todo lo que consideres bueno es bueno y todo lo malo es malo, todo lo que haga daño hará daño y todo lo que haga bien hará bien, nada es virtuoso y al mismo tiempo todo lo es, eres tú quien con tu creencia y sentimiento puedes ordenar la creación de todo cuanto sucede en tu mundo, tu eres quien cataloga bueno o malo lo que capta tu atención. Romanos 14:14.

Debes tener en cuenta que el miedo es un poderoso sentimiento, cuando se combina con la atención en algo y ese algo provoca temor, es muy probable que de acuerdo al grado de intensidad de tu atención, seas acercado y hasta participante de eso que se teme. Pues se está generando la creencia infundada de eso a lo que tememos, es real, existe, ha hecho daño, a tal persona le ha pasado, a muchos les ha pasado, etc. El temor hace correr la mala noticia, quien deja que ese temor sea un invitado en su conciencia, está a la vez dando cabida a cierto grado de impresión el cual encontrará la forma para objetivarse y comprobar esa creencia, no importa si es algo bueno o malo, pues la orden llega al poder que no cuestiona ni selecciona por ti, solo obedece y

trabaja a partir de tus creencias y sentimientos. Repito una y otra vez entre mis estudiantes lo anteriormente dicho pues el miedo es uno de los más fuertes generadores de creencias limitantes, solo basta escuchar una opinión limitante expresarse de sus deseos y anhelos y verás cómo se excusa con argumentos sobre lo malo o riesgoso que podría ser perseguir sus sueños, interponiendo situaciones como excusas, sin saber que esas situaciones han sido creadas por esa misma conciencia limitada, pero que a su vez se autoalimenta de ese entorno para vivir en el círculo limitado del confort y la vaga conformidad, el temor lo ha llevado a asumir esa actitud y esa será la ruta tortuosa que muchos recorren.

Una creencia negativa, es creer que algo puede estar o puede salir mal, en todo ámbito de emprendimiento el temor podría ser intermediario. Tal es el caso de emprender un negocio, dejar un mal hábito, salir de una relación abusiva, aspirar a una mejor posición laboral, estudiar una carrera universitaria, mudarse de ciudad o país, publicar un video, dar una conferencia, cambiar creencias falsas, ser parte de un equipo deportivo, dejar malas amistades, en fin podríamos numerar un sin fin de ataduras o condicionamientos que detiene al ser humano de ser lo que desea ser por mantener su atención anclada en creencias negativas. Es enfocar la atención deliberadamente en la pérdida, es crear un sentimiento de pérdida hacia algo, algo que es importante para esa mente realista. Es así que en todas esas áreas: en lo profesional, en lo amoroso, en lo social, en lo económico, en lo espiritual, en lo familiar, sea el área que sea, creer que podrías fracasar, perder o ser rechazado radica en el miedo. Ese miedo es por supuesto, una creencia limitante, pues te detiene de ser o estar donde deseas. Es un invitado indeseado dentro de tu conciencia, se ha establecido ahí y alimenta a tu mente con pensamientos o ideas de duda, incertidumbre y pérdida, logrando hacer una muralla impenetrable para lograr sentir lo que en verdad deseas, y por el contrario de forma inconsciente y casi automáticamente se termina sintiendo lo que no se desea conscientemente. Te ancla a tus cinco sentidos, te trae a la realidad objetiva, te priva de estar en la dimensión espiritual a la cual perteneces, la dimensión del sentimiento controlado. Zacarías 4:6, - Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es la palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. Cuando tratamos nuestras decisiones en base a la realidad objetiva estamos forzando y buscando un poder que terminará generando experiencias relevantes con eso que tanto deseamos cambiar, más malestar e inconformidad.

Entre las creencias limitantes más poderosas el miedo ocupa el primer lugar. Aparte de ser sinónimo de duda es también compañero de la infidelidad a lo que deseas, es la ausencia de fe y amor. El temor y la fe son la fórmula universal de todo cuanto acontece en nuestras vidas. La fe no te deja ser parte del realismo según establecen las sagradas escrituras, el temor te enreda y confunde para que seas realista. Pues todo ha sido creado antes que existiese, desde la fe. El miedo y la duda no han creado nada bueno, sino que han transformado lo bueno en malo. Han tomado lo existente y lo han convertido en malestar. Más debes saber que esa creación es producto de la conciencia con la cual la persona se identifica. Es el ejemplo claro de la mente humana realista, que por ser de este mundo necesita alimentarse de lo visible, teniendo un juicio limitado y desconocedor del poder divino. Por lo cual una mente que hospeda al temor y a la duda, es una mente que transforma bienestar en malestar, juzga, condena y crítica todo su alrededor, pues lo hace desde lo que cree ser, cree en el miedo y la duda pues y a su vez es guiada por ellos, de esa manera su atención está dirigida a proyectar experiencias que confirman su creencia, se tiene el sentimiento y su creencia.

  • ¿Cuántas de nuestras creencias están infundadas o basadas en temores?

  • Y, si te preguntas: ¿cuántos de esos miedos o temores son de igual forma reales para todos?

  • ¿Que me ha llevado a pensar y creer de esa forma?

  • ¿Han sido las influencias negativas, amigos, entorno, noticias, mi mente indisciplinada la que me hace consentir lo indeseado?

  • ¿Han mis sentimientos sido afectados por el temor?

  • Cuando enfrento algo que puede causar miedo o duda en mi, ¿quien creo que yo soy?

  • Mantengo un concepto definido de lo que deseo ser aún cuando el miedo toca a mi puerta?

  • ¿Cómo podría apartar mi atención de toda distracción causada por el miedo?

Ese invitado indeseado que se ha hospedado en tu conciencia no te deja atravesar la puerta y salir para ir más allá de esa limitación, es en ese más allá donde esperan tus sueños y metas. El primer y más importante paso para romper con una creencia limitante es levantarse y caminar a través de esa puerta sostenida por el miedo, esa puerta pudiera ser tan pesada como la roca más enorme que puedas imaginar, está ahí y te detiene de salir del aprisionamiento del miedo, solo tu esencia espiritual puede trascender a través de tal obstáculo, se hace de la misma manera que comenzaste a crear las situaciones que ahora confirman esos temores, ¿cómo?, asumiendo mediante ideas y sentimientos que estás experimentando lo que deseas, no permitas la influencia de pensamientos temerosos, ahora tu tienes el control y puedes dejar afuera toda creencia limitante o todo miedo que trata de detenerte de estar ahí donde deseas, imagina por unos minutos todas las noches que tu vida es ahora lo que deseas, usa detalladamente el poder imaginativo para visualizar y sentir que has logrado eso que ahora no tienes. Debes dejar fuera, o sea debes apartar tu atención absolutamente de todo lo que es o pudiera ser un impedimento para tu deseo, y atravesar esa pesada puerta e ir más allá de tus limitaciones para existir espiritualmente como desearías existir. Creeme que es posible, lo has hecho insistentemente por mucho tiempo, solo que no lo sabías, y , al no saberlo puede que hayas creado situaciones desagradables, pues estabas apuntando y seleccionado con ese poder lo que no sabías si era bueno o malo, lo hacemos cada vez que no seleccionamos de forma consciente nuestras creencias. Siendo Dios tu propia conciencia, entonces cada experiencia es creada dentro de ti y refleja quien realmente eres. Cuando no sabemos escoger lo que sería conveniente creer y lo que no, corremos el riesgo de recibir y experimentar experiencias que no nos sirven para nada en relación con nuestros más profundos deseos. Al ser este poder impersonal y neutro ante lo bueno y lo malo, permite que cada impresión de a luz a su semejante. Todo lo que aceptes como verdad con fuerte sentimiento, llega a existir en este plano objetivo, sin importar las consecuencias o lo bueno o malo que pueda ser para ti y para otros.

Cada cosa que nos rodea, cada invento y todo lo bueno que tanto beneficio da al avance de la humanidad, existe gracias a una creencia impulsada por el espíritu -el verdadero sentir-, por el sentimiento de realización dicho en más claras palabras. Al principio fue una idea, trajo sentimiento y luego fue objetivo. Mi conciencia pudo elaborar esa idea, imaginar y sentir es su forma de crear lo que ahora es visible en la realidad objetiva, yo soy el precursor de esa gran obra pero quien construye la obra es mas grande que quien la puede imaginar.

Juan 1:1-3, -En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

Juan 10:30,- yo y el Padre somos uno..- , Juan 14:28, -mi padre es más grande que yo.

Espero amigo lector que al revisar tus creencias mirando con los ojos de la persona que deseas ser, puedas limpiar tu jardín y prepares el campo para la cosecha que verdaderamente deseas levantar en tu vida

Tu mentor, Noel.




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