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El Poder de la Contemplación

Actualizado: 18 jul 2022

Puede que algunos términos no te sean familiares, me he dado cuenta en las charlas con mis estudiantes que cuando tratamos de definir ciertas palabras, nos cuesta encontrar la idea adecuada que nos lleve no solo a dar una explicación pero sobre todo al entendimiento completo de lo que a su vez tratamos de asimilar. Es una gran diferencia entender y asimilar cuando a desarrollo espiritual nos referimos, puede que entendamos que toda la creación es obra del poder de Dios, pero puede que no podamos asimilar ese poder a tal punto que podamos dirigirlo conscientemente a la creación de lo que deseamos, entiendes?. Este es el caso de palabras claves que deberían estar ya muy bien incorporadas en la asimilación espiritual del ser humano, hoy me refiero a una simple: contemplación. Esta palabra la cual a su vez es el reflejo del ser ensimismado, es el ser que opta la completa actitud de estar ajeno y en completa ausencia de todo lo que “ahí afuera sucede” para estar atento y despierto a lo que en su mundo interno sucede, actitud de la mente sabia y ordenada que tiene sus cimientos en la fe y la convicción de que todo estado deseado es su única salvación. Refiriéndose por supuesto desde la postura armoniosa en la cual observamos actitudes, comportamientos, asunciones, creencias e ideas desde una contemplación silenciosa e indiferente, el silencio y la observación desde quien verdaderamente somos es lo que a continuación narra brevemente el poder de vivir una vida contemplativa.

Definitivamente los medios que tenemos al alcance, la aceleración con que se viven nuestras vidas y el ruido constante al que nos exponemos cada día, son parte de lo que nos priva del silencio interno que deberíamos alcanzar para vivir desde dentro y no desde fuera. Diríamos más simbólicamente, vivir en la causa y no en el efecto. Lo cual sería genial para conseguir esa tan ficticia idea de “mejorar el mundo”.

Es en la simpleza del ser humano, en su profundo infinito interior, donde descansa la esencia de todo lo que hemos creado y expresado en nuestras vidas. Tanto bueno como malo. Y, aunque parezca difícil de creer es ahí en lo más profundo de tu ser donde yace el único poder que puede cambiar todo lo que esté en desavenencia con lo que deseas. Es lo que desde miles de años se nos ha tratado de explicar de forma muy simple, más aún nuestras mentes egocéntricas y analiticas nos han llevado a una constante distracción mediante la postura de ideas y creencias falsas, las cuales mantienen al ser humano ausente de expresar desde su interior todo lo que desea, primeras líneas de la poderosa oración del Padre Nuestro.

Ahora bien, si pudiéramos eliminar ese constante ruido externo y sumergirnos en nuestro mundo interno, podríamos alcanzar la sabiduría y el entendimiento mínimo y necesario para poder contemplar el poder por el cual toda experiencia es manifestada. Esto se convierte en el conocimiento más importante para el ser humano, pues a través de ese entendimiento es como únicamente podemos dirigir el poder de Dios a lo que verdaderamente deseamos, haciéndolo de una forma consciente o voluntaria. Muchos de nuestros planes y objetivos están como un barquito de papel en alta mar, cuando las tormentas y los vientos imprevistos azotan el barquito se mueve en todas direcciones sin rumbo fijo hasta desaparecer, nos llenamos de temor y duda y hasta llegamos a concluir que ese deseo es un imposible, o que quizás Dios sabe que no nos conviene. La falta de fe verdadera refleja la consecuencia de no saber lo que verdaderamente somos, lleva a muchas personas a vivir en la duda y el miedo, a moverse en todas direcciones en la vida, con proyectos no terminados, con deseos no concebidos, acumulando experiencias indeseadas, muchas veces con el sentimiento de que algo no está bien, que algo hace falta en sus vidas para alcanzar la paz y tranquilidad en cualquier área de su existencia, ya sea en el área amorosa, profesional, social, espiritual, física, mental y económica. Todas estas áreas no solamente se mueven por el deseo sino que también están en constante evolución. Esos deseos y esa evolución deberían estar encaminados hacia el bien y el progreso positivo, somos parte del espíritu evolutivo que nos impulsa cada vez más a existir manifestando conscientemente con el Poder Divino todo lo bueno de su creación. Para poder hacerlo conscientemente acorde con nuestros deseos debemos primeramente reconocer los medios por los cuales cada experiencia es creada, reconocer sus leyes y saber que toda causa de lo que nos sucede está dentro de nosotros mismos. Solo debemos saber aplicar a voluntad ese poder y confiar sobre todas las cosas que bajo su voluntad y gracia todo lo que pidamos se nos será dado, aunque no tengamos la mínima idea de cómo sucederá pues Dios tiene formas de actuar que no conocemos.

Pues bien, uno de los medios más importantes para conectar con ese poder es la contemplación. Para comenzar debemos alcanzar un silencio mental capaz de mantenernos alerta a lo largo del día para ver más allá de las apariencias que nos rodean. Por tanto, siempre debemos tener un espacio a solas donde podamos meditar, en silencio y fuera de cualquier distracción. Meditar es simplemente estar en el aquí y ahora, llevar tu mente al silencio y en lo más posible, dejar que traiga y lleve pensamientos, pero de nuestra parte en completa rendición, sin resistencias ni reacciones, es como dejar a un niño chiquito que sea inquieto, solo observar sin reaccionar hasta que ese niño se canse y comience a tomar nuestra postura, entre más caso omiso hagas más rápido el cesará en sus inquietudes, hasta puede que gaste toda su energía y se quede dormido. Eso mismo busca la meditación traer a tu mente, una completa serenidad, donde si hay pensamientos solo los observas pasar, es como sentarte a la orilla de la carretera a horas tarde de la noche, solo observas pasar uno que otro auto cada vez son menos, te repito lo único que haces es observas y dejas pasar sin reacción ninguna. Este ejercicio de relajar la mente en el aquí y en el ahora si lo practicas al menos una vez al día, verás cómo en poco tiempo la relajación es cada vez más intensa, preferiblemente de mañana y noche. Te puedo asegurar que de noche siempre hay al menos diez minutos que puedas disponer antes de dormir para hacerlo, respiración atenta y bien controlada mientras observas a tu mente “vaciar” todo lo que lleva guardando. En mi experiencia puedo decir que hay muchas formas de adquirir esa relajación mental ausente del ruido de las preocupaciones. Cuando sales a correr, a caminar, a dar un paseo, a conducir por caminos entre bosques y montañas o inclusive algunos estudiantes me han dicho que poner sus canciones favoritas y bailar les hace “apagar” la mente de pensamientos negativos y ruidosos, leer un poema o tu libro favorito. Cuando alcances la necesidad de practicar este tipo de meditaciones es porque has logrado darle a tu ser interno la necesidad de expresarse desde quien realmente es, con la grandeza de hacerte saber que esa conciencia de ser lo que asumas ser es la única salvación, no importa lo que tus cinco sentidos sepan o digan, es por eso el enorme alivio que muchos experimentan después de meditar, han alcanzado descansar en el regazo de Dios, tu conciencia de ser. Puedes por tanto, lograr asimilar que con tan solo cinco minutos de silencio relajante puedes cargarte de energía positiva y llegas en la mayoría de las veces a disipar el peso de todas esas asunciones negativas que crea nuestra mente y que de forma inconsciente las consideramos como problemas,preocupaciones, obstáculos reales, y que son muchas veces interpretaciones de una mente inquieta y ruidosa, pero que al tiempo de estar persistiendo en esos “problemas” llega a manifestar experiencias similares o casi exactas a lo que su miedo y duda estuvieron creando mediante pensamientos. Esa es la importancia de saber reconocer los malos pensamientos, los que no no sirven de nada para lo que deseamos y dejarlos “pasar”, que se marchen de la misma forma que vinieron. Entretener en nuestra mente pensamientos negativos de miedo o duda, o inclusive asumirlos como amenazas reales puede tener el precio de llegar un día a experimentar situaciones iguales o muy parecidas. Debes entonces despedirlos y no prestar atención, una forma muy poderosa es inmediatamente reconoces un pensamiento no alineado con tus deseos acudes a crear uno que sí esté en sintonía con tus deseos.

Expliqué brevemente sobre la meditación pues la contemplación es el resultado que se consigue fácilmente cuando la mente sabe comportarse, por así decirlo. Cuando avanzamos en el uso apropiado de nuestra mente, nos volvemos más contemplativos, pues de la misma forma que observamos pensamientos venir y pasar de esa misma forma vamos observando situaciones y experiencias en nuestra vida y en otras vidas, que nos llevan a entender cada vez más las causas y las formas por las cuales muchas veces se consigue lo opuesto a lo que se desea. Se puede contemplar a modo de observación solamente como la mente de muchos de nosotros está sumergida en el miedo y la duda, buscando siempre defenderse de todo lo que considera como amenaza, con cualquier opción que dicten sus cinco sentidos, dejando de lado completamente el poder de Dios.

Cuando conectamos con ese Poder Divino dentro de nosotros y somos testigos de sus riquezas sabemos que él es la única salvación ante nuestros desafíos, recibimos la gracia divina para observar más allá de lo que miramos. Romanos 11:33, ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!

La contemplación es el reflejo consciente del conocer que Dios es el único creador de toda experiencia, por tanto Dios está dentro de cada uno de nosotros, es uno con nosotros y está siguiendo en todo momento nuestros sentimientos como la mayor de las súplicas. Cuando contemplas y meditas puedes obtener mediante un sentimiento el cambio deseado en una experiencia desagradable, pues has alcanzado la comprensión que el estar sumergido en el miedo y la duda provoca el sentimiento causante de situaciones desagradables. En cambio al estar conectado con el amor y la paz divinos se genera pensamientos muy poderosos, los cuales generan sentimientos agradables y estos son los causantes de todo lo agradable que Dios ha creado. Este poder está disponible en todos por igual, no hay quien sea más agradable en cuanto al uso consciente de este poder ante los ojos de Dios.

Puede que en tu vida muchas situaciones no marchen como desearías, puede que en la vida de los que te rodean suceda lo mismo, más si te atreves a probar el poder que reside en ti te darás cuenta que desde ahí dentro todo se puede cambiar conforme a su voluntad y a la evolución de nuestro ser.

Contemplar el poder de Dios en acción tiene un ingrediente esencial, que se puede observar más allá de las apariencias que engañan a nuestros cinco sentidos, ese ingrediente es lo que cada ser es consciente de ser. Mediante la contemplación silenciosa se puede percibir que más allá de lo que poseemos o adquirimos, lo que verdaderamente es importante es lo que creemos que somos, pues eso es lo que nos inclina a pensar y sentir de la forma que lo hacemos, aunque las apariencias digan otra cosa. Se nos puede privar de todo en este mundo pero nunca jamás de lo que creemos que somos, esa creencia en lo que somos si llega a ser valiente y atrevida genera la Fe verdadera, Hebreos 11:6, -pero sin fe es imposible agradar a Dios. Es muy difícil poder asumir ser lo que no se cree que se es, pero curiosamente muchos buscan ser o tener lo que no son conscientes de ser o tener, por tanto con esa postura es muy difícil cambiar lo que desean, es imposible agradar a Dios. Independientemente de lo que una persona posee, muy dentro de ella existe, gobierna y rige la consciencia de lo que en verdad cree que es, ese es el núcleo de todo lo demás. Toda creencia es aceptada en tu interior por ti solamente, y mediante esa creencia consciente o inconscientemente llegas a concebir lo que puede o no ser posible para ti. Si en el caso que se desee cambiar una experiencia externa se acude a medios externos, los resultados siempre serán desagradables, sea cual sea la experiencia y el medio, es como una cadena de situaciones indeseadas. Pero en cambio si se cambia la creencia desde el ser interno y se cree en lo que se desea con tanta convicción que se llega a sentir, entonces se genera la fe verdadera que niega la realidad objetiva y se refugia en el Poder Divino, ese es el agrado necesario para crear toda abundancia en cualquier área de tu vida. Mediante la contemplación se puede percibir que el reflejo de un corazón no está en lo que posee sino en lo que es, eso que creemos que somos tarde o temprano se manifiesta independientemente de las posesiones o títulos. Si observas con absoluta pasividad las experiencias de personas cercanas a ti, puedes notar como sus experiencias están atadas no a lo que desean sino a lo que verdaderamente creen que tienen o son. La buena nueva es que ese concepto se puede cambiar en el momento que el ser comienza a darse cuenta que Dios reside en su interior y que al dirigir su atención a una creencia, ya sea verdadera o falsa, está sembrando lo que en algún momento recogerá. La observación contemplativa cuando lo hacemos partiendo de la verdad que todos somos gotas de ese enorme Poder Divino, podemos mirar más allá de una apariencia, color de piel, nivel social o religión, y entender que cada ser en su libertad de escoger manifiesta todo lo que consciente o inconscientemente acepta en su interior como verdad, ahí es donde está constantemente dirigiendo su atención, se de cuenta o no. Ese es el poder de Dios, toda otra idea es falsa. Es por eso la enorme importancia de hacer el verdadero examen de conciencia para revisar creencias, revisar lo que estamos asumiendo como cierto y verificar si está en armonía con lo que deseamos, a la vez que contemplamos las experiencias ahí afuera y entendemos qué nos lleva a esas vivencias. Es como hacer un inventario en el almacén, debes tener cuidado de almacenar solo lo que deseas tener a disposición de la vida, la vida es tu cliente fiel, siempre vendrá y te pagará con más de lo mismo, o sea con más de lo que has almacenado. No puede haber otro cliente mejor, pues este te devuelve exactamente lo que das. Se recibe lo que se da, recuerda eso siempre. En otro momento compartiré sobre dar y recibir.

Ahora debes comenzar a usar esa libertad de escoger para hacerlo únicamente en lo que te conviene dependiendo de lo que deseas. Meditar en tu aposento alejado del mundo objetivo, y contemplar las experiencias sin juzgar nada ni a nadie, te ayuda a tener una mente disciplinada, la cual puede ver y entender que toda experiencia del ser humano es la expresión perfecta de la imagen y semejanza de su conciencia de ser. En Juan 8:23,( -Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.), podemos ver claramente que una mente atada a sus cinco sentidos -este mundo- no puede seguir el camino al reino de los cielos, esta mente tiene la fe puesta en todo lo que ofrezca el mundo objetivo, pues para ella todo lo que existe es todo lo que ve y sin eso estaría perdida, no puede creer en lo que no ha visto. Lo puedes observar con el comportamiento de miles de personas, una vez más te repito que todas reflejan a la perfección en su experiencia la semejanza e imagen de lo que por dentro creen ser o tener, en este versículo Jesus es claro en demostrar que no se puede servir a dos amos al mismo tiempo. El ser contemplativo entiende que más allá de lo que cada persona expresa mediante situaciones y experiencias, existe una causa para esa expresión y ambas son semejantes. También entiende que cuando se trata de cambiar situaciones usando los cinco sentidos, no se conseguirá una salvación. Pues la única salvación es creer en aquel que no es de este mundo, para alcanzar esa promesa de vida eterna se debe cambiar la conciencia de lo que esa persona cree ser, y debe comenzar a creer que es el árbol que dará los frutos que desea tener. Juan 3:3, De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. Este verso es muy bien entendido por quien ha sabido contemplar y poner a prueba el poder de Dios. Contemplar para entender que todo nace desde nuestra creencia de lo que somos, luego poner a prueba las palabras de Jesucristo para manifestar las grandezas de Dios.

Estar atentos a lo que conscientemente aceptamos como cierto de nosotros mismos y de los demás es un paso esencial para quien desea comenzar a dirigir el poder de Dios hacia una evolución armoniosa y abundante.

La meditación trae un equilibrio necesario para mantener la mente atenta y obediente a su amo a lo largo del día, lo cual es importante para contemplar todo lo que sucede en nuestro entorno. Aunque la vida de muchos gire bajo el estrés y la persecución de las cosas, la vida contemplativa puede ver mucho más allá de todas esas rutinas, puede ver desde una perspectiva armoniosa que todo comportamiento refleja a cuál amo se ha estado siendo fiel, desde una toma de indiferencia absoluta.

La persona contemplativa ha descubierto que en lo más profundo de su ser está presente su único salvador, no solamente para todas sus necesidades, sino también para concebir y dar fruto a todo lo que desea. Pues mediante la observación se ha dado cuenta por sí misma que dentro de cada uno de nosotros existe la elección de todo cuanto nos sucede, y por consiguiente sabe muy bien que la obediencia a su estado deseado es lo único que le puede salvar. Mateo 7:21,-No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Hacer la voluntad del Padre es aceptar y actuar como si todo aquello que deseas ya fuera una realidad, independientemente de todo lo que tus cinco sentidos te digan, pues ellos y su realidad objetiva son solamente de este mundo. Usando tus pensamientos y sentidos puedes crear en tu esfera interna la imagen de cómo sería tu vida habiendo recibido lo que deseas, puedes detallar cada situación y visualizar lo maravilloso que sería, aceptando esa poderosa idea como un obsequio de Dios, solo te queda darle las gracias y aceptar esa voluntad, actuando y dando lo mejor de ti como si ya ese deseo se hubiera manifestado, comó actuaria y comó se entregaría esa persona en la cual te hubieras ya convertido? Quizás nunca habías meditado sobre esa pregunta. Y quizás también, meditar sobre esa respuesta te haga contemplar que en muchas ocasiones nos hemos comportado como lo que no queremos cuando deseábamos todo lo contrario, entiendes? El comportamiento refleja lo que sientes, y eso que sientes es mucho más fuerte que lo que deseas o pides, entonces ya puedes deducir el fruto que se recoge.

Contemplar es hacer un alto y observar dónde está tu atención la mayor parte del tiempo, si te declaras creyente como millones lo han hecho, ¿no sería ideal comenzar por poner tu atención en lo que deseas ser o tener? Ese es parte del mensaje simbólico del evangelio, la nueva vida. Que maravilloso sería llegar por medio de la contemplación al entendimiento que creer en Dios y en sus promesas, lleva consigo un cambio de concepto y actitud dentro de nosotros mismos, podríamos fácilmente asimilar que toda expresión recae en una causa interna, en una idea impulsada ya sea por el amor o el temor, ya sea que estemos experimentando bienestar o malestar en una o muchas áreas de nuestras vidas. De esa manera solo nos queda una cosa por hacer, y esa es decidir a quién debemos seguir, dependiendo de quien decidas seguir así también dependerá del acto que muestra tu decisión. Si sabes creer esto te convierte en una nueva persona, en la persona que deseas ser. Si decides estar atado a tus cinco sentidos, entonces seguirás actuando impulsado por la necesidad que genera el estado de no ser o tener lo que deseas, pues todo lo bueno proviene de Dios de muchas formas, tus cinco sentidos están limitados únicamente dentro del condicionado mundo objetivo. Por eso se nos dice en Juan 20:29, -dichosos los que creen sin haber visto.

Mi deseo para ti es que mediante el buen uso de tu mente puedas con tu corazón contemplar lo que sientes y experimentas, para que puedas escoger sabiamente lo que conviene dejar entrar y dar atención y lo que no. Observa cómo todo lo que llega a tu mente si le das tu atención te convierte en alguien, si no estás atento llegas a ser un desconocido hasta para ti mismo, pero si estás atento sabrás escoger muy bien lo que guardas en tu granero pues eso es lo que la vida tendrá para darte.

Te invito a contemplar lo que has acogido en tu mundo interno, que puedas decidir que persona deseas ser si aún no las hecho, y desde esa decisión servir con el pensamiento, sentimiento, palabra y obra al único salvador.

Tu mentor, Noel.




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